Tronos de rastrojos
Si prolijo en lluvias ha sido el invierno, dando lugar a que innumerables solares y jardines parecieran no solo un trono de verdes sino, en algunos casos, el mejor restaurante-pasto para animales (¡qué barrigas, las de esos conejos cerca del CEIP “María Zambrano”!), apenas asoma el estío y tales tronos se han convertido en secas y amarillentas parrillas, dispuestas a acoger otro pasto, el del fuego. Unos tronos pertenecen a la Junta (para escaparate, el del Museo Íbero); la mayoría, al Ayuntamiento (el Bulevar, cientos). Una muestra más del abandono y el peligro que “merecemos” los ciudadanos.
24 jun 2014 / 22:00 H.