Triste realidad
Desde Barcelona. El dato que se ha publicado respecto de la disminución en más de un 11% del material reciclable recogido en los contenedores destinados para ello, es reflejo de la situación de pobreza a la que se ha llegado.
La crítica situación de muchos ciudadanos por el desempleo que no para de aumentar, fuerza a buscar medios para sobrevivir. Así vemos gente rebuscando en los contenedores comida que tiran los supermercados y panaderías, objetos de metal que pueden revenderse y papel y cartón tan apreciado porque tienen la venta asegurada. No es que la conciencia ecológica de la población haya disminuido y que la gente no se preocupe tanto de reciclar, se trata de conseguir dinero de cualquier manera posible porque no se tiene un trabajo con que ganarlo. No es extraño tampoco ver familias que con garrafas de plástico van a las fuentes de agua públicas pues así le sale gratis. Y a los gobernantes les preocupa más la imagen del país que buscar soluciones efectivas al problema.
Lourdes Camps