Tribunal Constitucional
Nuestra Constitución llamada del 78, fue aprobada en referéndum por una amplísima mayoría de españoles, lo que le da una legalidad casi absoluta por ello es bueno que haya un Tribunal Constitucional que vele por su cumplimiento a través de sus resoluciones que deben ser acatadas al pie de la letra, de lo contrario la propia Constitución sería papel mojado que de nada serviría.
Mucha gente sensata de diversas ideologías, ve muy oportuno el reciente decreto ley que aprobó el Gobierno, que permite sancionar al Alto Tribunal y con ello tener el instrumento que necesitaba para su mejor funcionamiento. Algunos líderes de partidos estuvieron en contra de ese decreto, sin explicarlo razonadamente pues los españoles sabemos que no recorta y más bien, garantiza mejor nuestros derechos fundamentales, siendo bueno para la sociedad. El problema catalán ha llegado al Constitucional y es tarde para el diálogo, ahora lo que urge es una solución que resuelva este asunto de una vez por todas. El Gobierno de España debe dialogar más (con límites) para no permitir que las cosas lleguen tan lejos ni se salgan de quicio. La Constitución y la bandera definen la identidad de un país y su respeto y defensa deben ser causa común de todos los ciudadanos, por ser la base de una buena convivencia democrática y en definitiva por el bien de España.
Federico Barbero Martín