Tres zarpazos de ETA para desafiar a las Fuerzas de Seguridad

ETA vuelve a atentar en Palma de Mallorca en una zona turística y después de que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado blindaran la isla tras el asesinato de dos guardias civiles con una bomba lapa adosada a los bajos del todoterreno en el que viajaban. Con las tres pequeñas bombas de ayer, en locales comerciales abiertos al público, ETA desafía a la Policía y proyecta su acción con un doble propósito.

    10 ago 2009 / 11:41 H.

    Por un lado, ataca a uno de los pilares económicos de España como es el turismo y, por otro lado, busca una proyección internacional para sus atentados, ya que en plena campaña turística y tratándose de un destino de referencia para los extranjeros se quiera o no la repercusión de estas acciones es mayor. Después del doble asesinato y el atentado en Burgos, el diario británico “The Economist” los calificaba de “espasmos moribundos” de la banda y esa percepción que ya trasciende fuera de nuestras fronteras, y que asume que ETA se encuentra en un proceso con fecha de caducidad, es el que debe avalar la línea política marcada, en la que no hay resquicio para que los adláteres de los terroristas alcancen las instituciones y se beneficien de un sistema democrático en el que no creen, y también el cerco judicial y policial que tan buenos resultados ha dado en los últimos meses. Mientras se acerca ese deseado momento en que la banda sea una página pasada de la historia de España, ETA, lamentablemente, puede seguir dejando su rastro de dolor y dañar a la sociedad, que no doblegarla. Los espacios en los que campaban a sus anchas los radicales cada vez son más estrechos y sus acciones desesperadas para cobrar protagonismo político y social sólo son las propias de un animal herido que busca refugio en otro proceso de paz o dando un zarpazo más para mantener unidos a sus fieles e intenta doblegar a los demócratas. Ese camino no se puede repetir.