Tres maestros y un mismo destino

Sus vidas están unidas desde hace 37 años. Francisco Pérez, Manoli Expósito y Manuel Álvarez son maestros, naturales de Martos, que aman tanto su profesión que  les cuesta decir “adiós” a la escuela tras su jubilación. Dieron clase a varias generaciones de jiennenses y coincidieron en dos destinos: Fuensanta y Martos. Sus últimas lecciones las impartieron en “Hermanos Carvajales”, y su gran labor en la educación fue reconocida por antiguos y actuales compañeros de trabajo con una comida de convivencia en el restaurante Morys. No faltaron los obsequios, como las flores o placas conmemorativas, ni tampoco los recuerdos y las anécdotas que siempre llevarán con ellos.  

27 jun 2014 / 22:00 H.


Los protagonistas de la comida agradecieron todas las muestras de cariño. Francisco Pérez reconoció que, tras casi cuatro décadas de servicio, será “difícil acostumbrarse” a no ir a la escuela, más aún cuando se trata de “algo vocacional”, como demostró en sus destinos en Albendín (Córdoba), Castillo de Locubín, Fuensanta y Martos (colegios San Amador y Hermanos Carvajales). También Manoli Expósito señaló que comienza a partir de ahora una nueva etapa. “Me marcho con la alegría de haber hecho mis deberes, de haber sido una persona responsable con mis alumnos”, subrayó, y resaltó que siempre seguirá de cerca el mundo de la educación, labor que ejerció en Canarias, Los Villares, Mengíbar, Alcaudete, Fuensanta y Martos.
Manuel Álvarez indicó que cuando se tiene vocación, es dura la despedida. “Me jubilo a los 59 años por enfermedad, y se pasa mal, porque los años dan maestría. Comprendes más a los alumnos”, expresó. Este marteño, que estuvo en Torredonjimeno, Olvera (Cádiz), Fuensanta (desde 1982 hasta 1997) y su ciudad, se mostró satisfecho de poder haberse dedicado desde joven a lo que siempre le apasionó: la escuela.