Tres encapuchados roban cuatro mil euros de una caja en Torreperogil

 Pasaron unos minutos y, sobre las doce y cuarto, tres encapuchados irrumpieron en la sucursal. No se anduvieron con chiquitas, justo en la puerta, se cruzaron con un cliente y, a empujones, lo obligaron a entrar. Como argumento para que nadie les hiciera frente, exhibían un cuchillo de grandes dimensiones y una pistola. Los delincuentes emplearon un pasamontañas para ocultar el rostro. En el interior de la entidad había muy pocas personas. El director, Juan Miguel Montalvo, atendía a Benito Flores, un cliente. Protegido por la mampara de seguridad, se encontraba un empleado que, rápidamente, cerró el habitáculo protegido para ponerse a salvo de los ladrones. Los asaltantes le dejaron claro que estaban dispuestos a abrir fuego si no les facilitaba las cosas. Los clientes que había en el interior del local podían estorbar a los atracadores, por eso, los hombres armados los obligaron a tirarse al suelo. Así permanecieron estos ciudadanos, atemorizados, hasta que los cacos se marcharon. En ese momento, el director estaba en su despacho y el cajero dentro del búnker, era imposible acceder al dinero. La situación límite se resolvió a las bravas. El responsable de la oficina se vio, de repente, encañonado. Los ladrones le exigieron, con la advertencia de que le dispararían si se negaba, que les despejara el paso hacia la caja y se la abriera. Él director, amenazado, accedió y nada impidió a los asaltantes hacerse con una suma de entre tres y cuatro mil euros, el dinero que acababa de ser ingresado. Al empleado que se encerró lo zarandearon.
Y es que, aunque no llegaron a agredir a nadie, el trío de enmascarados tampoco hizo gala de aplomo y demostró, en todo momento, que era capaz de haber hecho daño a alguien si se les torcían las cosas. Los cacos lograron su objetivo en apenas cinco tensos e interminables minutos  y salieron por piernas de la caja de ahorros. En la puerta, les esperaba, al volante de un coche, un compinche, el cuarto implicado en el asalto. En el vehículo, un Opel Astra de color granate, huyeron. Estuvieron a punto de verse en un aprieto, según los testigos. En la ruta que emplearon para salir de Torreperogil pasaron por la calle Nueva, una de las vías del municipio con más tráfico y en la que más embotellamientos se generan. Por eso, su escapatoria se vio interrumpida por varios obstáculos. A pesar de todo, lograron llegar a la carretera A-315, curiosamente, la misma por la que salieron de Quesada los ladrones que asaltaron la sucursal de Unicaja de Quesada, el pasado miércoles, 24 de agosto. Ya en esta arteria, que conecta La Loma con la comarca cazorleña, condujeron su auto hacia la vecina Úbeda, donde se les perdió la pista.  Mientras, agentes de la Benemérita y de la Policía Local llegaban a la oficina atracada. Lo primero que hicieron fue comprobar que no había heridos. Comenzaron las investigaciones para tratar de dar con los asaltantes, como confirman fuentes del Cuerpo. Según se explicó a este periódico, el coche empleado en el robo ya ha sido recuperado. Se trata de un automóvil sustraído recientemente. De nuevo, una coincidencia con el atraco de la caja de ahorros quesadeña: el vehículo con el que escaparon los ladrones también fue sustraído. A las horas, fue encontrado en un camino rural del término municipal ubetense. Por el momento, el Instituto Armado no ha arrestado a los autores del asalto en el municipio serrano y, al cierre de esta edición, tampoco habían sido capturados los ladrones que se llevaron cuatro mil euros de CajaSur en Torreperogil.
Nada más se sabe por el momento, ni siquiera si un hecho y otro están relacionados. Eso sí, se investiga la conexión ya que uno y otro robo tienen el mismo “modus operandi” e, incluso, las armas empleadas, un cuchillo y una pistola, son del mismo tipo. Antonio Rosillo/ José Rodríguez / Torreperogil/ Jaén

Un robo en Quesada hace siete días
La oficina de Unicaja de Quesada fue asaltada, hace hoy justo una semana, por dos encapuchados. Iban armados con una pistola y un cuchillo de grandes dimensiones. En la puerta de la sucursal, les esperaba un compinche, también con la cara cubierta, al volante de un coche en marcha. El vehículo, que luego apareció en un camino rural próximo al pueblo serrano, había sido robado en Úbeda.
El atraco fue cuestión de minutos, como explicaron los testigos, y el botín fue importante. Los ladrones aprovecharon que el municipio estaba en fiestas y había una importante afluencia de clientes a la entidad. Entre el dinero obtenido, la recaudación de un supermercado de Quesada. El importante dispositivo que puso en marcha la Guardia Civil para tratar de detener a los autores resultó infructuoso, lograron escapar del cerco. A raíz de lo ocurrido en Torreperogil, un atraco muy similar, se investiga si los dos hechos delictivos pueden estar conectados.