Tres bocadillos para pasar la Nochebuena en la adversidad

Jesús Vicioso Hoyo /Jaén
Una treintena de voluntarios del comedor social de la parroquia de Belén y San Roque preparó más de ciento cincuenta bolsas de comida para que los más necesitados pasasen la Nochebuena y el día de Navidad mientras que la mayoría de las familias celebraba las fiestas con opulentas comidas.

    26 dic 2011 / 10:42 H.


    No todas las mesas de Nochebuena son iguales. Muchos de los más necesitados de la capital ni siquiera tienen qué poner encima de una tabla, en el caso de que la tengan, cuando el consumo y el derroche aumenta, por muy poco que sea. Sin embargo, hay gente que se preocupa de los que menos tienen, especialmente en estos días. En realidad no son familia, pero sí sus ángeles de la guarda cuando el resto del mundo mira a su ombligo.
    En Nochebuena, a las siete de la tarde empezó el reparto de ciento cincuenta bolsas de bocadillos para los inmigrantes y transeúntes en el comedor social de la parroquia de  Belén y San Roque. Fueron confeccionadas por más de treinta voluntarios en la mañana de la jornada inicial de las fiestas. Media hora antes de que empezase la entrega de alimentos ya había una larga cola de gente esperando para coger su cena para el 24 de diciembre y la comida para el día 25, ya que ayer cerraron los comedores sociales. Dentro de la bolsa había tres bocadillos, fruta y dulces típicos de las celebraciones navideñas. “Lo que hemos podido reunir”, aseveró un colaborador de la iniciativa solidaria.
    El párroco, Juan Herrera, reconoce que se han recibido muchos donativos en estas fechas para intentar ayudar a los que necesitan de la caridad de los demás para poder llevarse algo a la boca y también destaca la generosa labor de los voluntarios.
    Es la cara y la cruz de la Navidad, que mientras muchos buscan regalos para los suyos, otros buscan simplemente el pan de cada día.