Tres años blancos o negros
Tiempo de balance y mirada al pasado. Cuando se cumplen tres años de las elecciones municipales de 2011 y con la alargada sombra de las últimas europeas, llega el momento de ver hasta dónde se ha avanzado y qué queda por hacer. Como siempre, la realidad depende del color del cristal a través del que se mira, en este caso color político. Concejalía por concejalía, el alcalde de la ciudad, José Enrique Fernández de Moya, se mostró satisfecho, según sus palabras, aunque con la etiqueta de pasar a la historia “por haber gestionado la peor herencia económica jamás recibida”. Un discurso de arcas vacías en el que se sustenta su análisis, siempre con la quiebra técnica que sostiene que encontró cuando llegó a la Alcaldía y una deuda que cifra en 480 millones de euros. Con la línea maestra de la austeridad por bandera, ha tenido palabras expresas de agradecimiento para el Gobierno central, el único que, a su juicio, ha apoyado su gestión en este periodo.
En la otra cara de la moneda, lo blanco se vuelve negro. Desde el equipo socialista en la oposición municipal, el recorrido por estos tres años atrás se califica como “frustración”, con el punto de mira también en el ámbito económico y una “gestión financiera nefasta”. A solo un año de la próxima cita para elegir a quienes rijan los designios de los jiennenses, las espadas se encuentran ya en alto. Aún más, con los dos partidos que han dado la sorpresa este pasado 25 de mayo y la incógnita del reflejo que tendrá en las urnas de 2015. Está claro que no hay tiempo ni lugar para la tregua. Solo cabe esperar que en esta batalla por el sillón el perjudicado, los daños colaterales de todas las guerras, no acaben por afectar más inocente, al ciudadano.
En la otra cara de la moneda, lo blanco se vuelve negro. Desde el equipo socialista en la oposición municipal, el recorrido por estos tres años atrás se califica como “frustración”, con el punto de mira también en el ámbito económico y una “gestión financiera nefasta”. A solo un año de la próxima cita para elegir a quienes rijan los designios de los jiennenses, las espadas se encuentran ya en alto. Aún más, con los dos partidos que han dado la sorpresa este pasado 25 de mayo y la incógnita del reflejo que tendrá en las urnas de 2015. Está claro que no hay tiempo ni lugar para la tregua. Solo cabe esperar que en esta batalla por el sillón el perjudicado, los daños colaterales de todas las guerras, no acaben por afectar más inocente, al ciudadano.