Tranvía, árboles y despropósitos
En la fase cero del tranvía primer chispazo de la catenaria política. La tarde del martes el concejal de Medio Ambiente, José Luis Cano, entre la maleza y rodeado de operarios observa los primeros árboles talados a golpe de excavadora y revisa documentos. El cariacontecido edil está en los jardines comprendidos entre la Plaza de Donantes de Sangre y la rotonda de Bariloche que, a pesar de estar asfixiados por el tráfico, son un ejemplo de frondosas sombras naturales de las que esta ciudad adolece.

Una vez analizada la situación ordena paralizar las obras porque no permitirá que se talen los árboles y en este punto se abren todas las interrogantes político-burocráticas. ¿Cómo es posible que no contara con los permisos necesarios? ¿Es verdad que la Concejalía de Medio Ambiente no sabía lo que iba a pasar con los árboles? Y si es así, ¿cómo es posible? ¿No se había planificado qué hacer con ellos? ¿Cómo Obras Públicas asegura que el proyecto sigue su curso si, por ejemplo, el jueves estuvieron parados los trabajos? ¿Cómo se explica al atorado conductor que dos carriles de tráfico están fuera de servicio mientras se marea la perdiz? Proyectos de calado como este requieren sacrificios ciudadanos a los que los jiennenses están acostumbrados, pero también agilidad política, planificación y cordura. Mientras tanto, a tráfico colapsado, ganancia de oposición. Un escenario con el que ya contaba el PP, pero al que ahora incorpora la imagen de un equipo de gobierno cuya mano izquierda parece no saber lo que hace la derecha. Denunciada la tala por los populares por la vía penal, Anguita y Segovia bien podrían también consultar si el despropósito del túnel del Avenida, abierto en carnes, en el que se dilapida dinero público, está denunciado, porque a este que lo transita le parece de Juzgado de Guardia.