Tragedia y muerte de nuestro planeta
Desde Beas de Segura. Todas las grandes civilizaciones que han despuntado a lo largo de la historia y asentado por toda la geografía terráquea, su gestión principal y prioritaria fue plantar batalla al bosque para apoderarse de toda su riqueza. Talaba y rompía el medio ambiente para sus asentamientos urbanos, para la construcción de calzadas, viaductos, acueductos, puentes, para construir barcos, etcétera. Desde entonces, hace ya millones de años, el planeta se ha ido degenerando hasta conseguir que su rostro haya cambiado de color y aparezca con un triste semblante ante la mirada incierta y asombrada del hombre que lo ve diariamente.
Por tanto daño provocado, la enfermedad ha hecho presencia y constantemente nos da señales de su situación por medio de terremotos, volcanes, trombas marinas, huracanes, sequías, lluvias torrenciales, plagas, inundaciones, cambios climáticos, disminución de las especies de animales, plantas y minerales, nuevas enfermedades. Es verdad que la Tierra, la que fue el Planeta Azul, visto desde la atmósfera y verde en su superficie ha cambiado muy considerablemente su aspecto, y todo por su culpa del hombre que lo ha herido gravemente en el tiempo. Los gobiernos de los pueblos y los organismos Internacionales saben perfectamente la dimensión de esta enfermedad que le está provocando la muerte. Son conocedores, igualmente, del cambio climático y sus terribles consecuencias que afectara a la superficie terráquea y dará paso a la entrada de una nueva civilización. Que estos cambios serán determinantes y revolucionarios y que sin duda afectarán de forma importante en la vida del hombre y de su entorno, no tengamos duda. Solamente cabe hacerse la pregunta: ¿Es posible su recuperación a corto y medio plazo de nuestro Planeta Tierra? Solamente apuntamos: “Si el crecimiento no suscita ni para los propios pudientes o adinerados una sociedad convivencial, sino una antisuciedad enferma de su riqueza”. La extrema riqueza constituye la principal plaga de la sociedad moderna. Con estos pensamientos tan clarividentes, contrastamos en la posibilidad de buscar nuevas soluciones. ¿Será posible el futuro que sueña el sabio y filósofo Coppeus?: “Que cesen de pintar el futuro de negro. El futuro es estupendo. La generación que viene aprenderá a descifrar su código genético, a aumentar la eficacia de su sistema nervioso. A tener los hijos de sus sueños. A controlar las estrellas y a colonizar los planetas que quiera. Aprenderá a mover la Tierra para ponerla en órbita alrededor de un sol más joven. Conducirá a la humanidad, no lo dudemos, hacia una mejor capacidad de reflexión, una libertad mejor todavía y a una mayor conciencia de las responsabilidades que acompaña a esta libertad”. Creemos que es puro optimismo y nada más.
Cristóbal Cantero Gomera