Todos somos Marco

No deja de ser un impacto social cuando surge la noticia de que un bebe recién nacido es rescatado vivo de los contenedores de basura, sin embargo, el impacto se va disipando en cuanto la noticia desaparece y a la vez parece que se va anestesiando la conciencia y ese sentimiento humano que nos debe de involucrar en seguir trabajando para la abolición del aborto.

    29 jul 2015 / 01:24 H.

    Diariamente hay trescientos abortos en España, puesto que la reforma de la ley es para las menores de dieciséis años, para abortar deben tener consentimiento de los padres, con lo cual se reafirma la ley Aído. El ser humano en su conciencia se preguntará, sin poder cerrar los ojos ante la realidad de los trescientos bebés, vidas que no las han dejado crecer y que nos han privado de oír el sonido de su voz, su llanto, su risas y lo bueno que hayan podido dejar a sus semejantes. Entre tantos millones de abortados nos hemos podido perder mentes prodigiosas que habrían aportado avances para beneficio de la humanidad. El desprecio a la vida es un sin sentido que afirma el dejar de ser persona para introducirse en el reino animal depredador, no para subsistir sino por las malas inclinaciones que llevan a direcciones equivocadas. Estamos asistiendo a ver como basureros de clínicas abortistas se llenan de fetos de vidas humanas sirviendo a los políticos y a los intereses económicos. No podemos mirar a otro lado en un tema donde está en juego la supervivencia de la persona.