Todo para frenar los desahucios
Los desahucios son dramas sociales de primer orden en la sociedad española. En los últimos meses se atemperó el doloroso goteo de casos por una mezcla de circunstancias. De un lado, la normativa con el código de buenas prácticas para las entidades financieras, el coste de imagen que supone para estas empresas ser protagonistas de estos casos y la presión de colectivos y familias para evitarlos, frenaron en seco los desalojos. Junto con estas medidas, aquí en Andalucía la Junta creo la Oficina de Defensa de la Vivienda, que ha demostrado su utilidad. En Jaén, de los tres años que lleva en funcionamiento, de cada 100 casos 70 se solucionan. Es un camino, sin duda, pero no da cobertura a los que perdieron todo y no tienen ya ni derecho a prestaciones. Esta es otra parte del problema.
En esta situación se encuentran familias que, periódicamente, llegan a los medios de comunicación con una precariedad que las deja en la más absoluta de las indefensiones. Casos sangrantes, con parejas con hijos o con personas mayores a su cargo. Y es difícilmente explicable que en un país con tantos pisos en manos de bancos, deshabitados y en el que se empiezan a construir más no existan opciones para buscar alojamientos temporales a estas familias. Algo, sin duda, se hace mal cuando se dan estas circunstancias. Y en este punto pueden y deben hacer mucho los Ayuntamientos, esa siempre, sobre el papel, administración cercana que debe tener la suficiente cintura y reflejos para dar cobertura a estos casos. Tienen que ser los primeros para prestar esa ayuda y, luego, pedir la colaboración de otras Administraciones que también deben de sumar y no restar.