“Toda la Comandancia” vigila para evitar robos de aceituna

La campaña de la recolección de la aceituna comienza hoy para los hombres y mujeres de verde, los guardias civiles de la provincia. A mayor actividad en los olivares, más control en los tajos, en los puntos de compra de fruto, en las almazaras y en las carreteras, para controlar el transporte. El teniente coronel Luis Ortega, jefe de la Comandancia, hizo de anfitrión en un acto en el que sus mandos y los responsables de las organizaciones agrarias jiennenses escucharon la promesa de la Benemérita de que pondrán todo de su parte para evitar que los malhechores campen a sus anchas por el mar de olivos jiennense, su mayor industria. En esta foro se lanzó un dato, que parece una exageración, pero no lo es, y es que prácticamente todos los agentes del Cuerpo en la provincia participan en este dispositivo especial.

18 nov 2015 / 10:27 H.

Y es que esta orden de servicios implica directamente a 1.100 funcionarios, de los 1.317 que hay desplegados en 67 cuarteles que se reparten en media docena de compañías. El jefe de los guardias jiennenses se despidió de los representantes del agro con un consejo, al recordarles “la seguridad es cosa de todos”, una frase con la que pidió la colaboración de los olivareros para que avisen de cualquier vehículo sospechoso, de una entrada de aceituna “extraña” en una cooperativo o si ven que alguien no paga el jornal estipulado a los jornaleros.
Ya con más detalle, el comandante Francisco José Lozano, jefe de Operación del Instituto Armado en Jaén, hizo una radiografía de cómo operan los amigos de lo ajeno que pululan entre las olivas. Hay, como aclaró, dos puntos calientes dentro de un mapa que no es nada frío mientras dura la recolección. Se trata de las zonas de influencia de Baeza y Martos, precisamente, las dos compañías en las que existe un grupo específico para los delitos que se comenten en suelo agrícola, los llamados Equipos ROCA, acrónimo de robos en el campo. Si en la comarca baezana, el número de delitos relacionados con esta actividad productiva supera la media provincial en un 75%; en Martos y sus alrededores lo hace en un 50%. Por ello, no habrán de extrañarse los olivareros de estas zonas, que son las mayores productoras del mundo, de que la autoridad los visite o de una activa labor preventiva.
Y es que, como dejó claro el comandante Lozano, se observa “cierta profesionalización” de aquellos que se dedican a robar aceituna. Uno de los patrones detectados es que, para tratar de pasar desapercibidas, las “bandas” reparten sus golpes; es decir, en lugar de sustraer fruto en una decena de fincas jiennenses, intentan hacerlo en tres de esta provincia y otras tantas en las vecinas Córdoba y Granada. Ante esta realidad, la Comandancia quiere aplicar la máxima de “más vale prevenir que curar”. Aunque, como dejó claro Lozano: “Si hay delito, lo investigaremos y trataremos de localizar a los autores”. Para satisfacción de los productores, recordó que el Código Penal contempla penas de hasta tres años para robos en explotaciones agrarias y fincas que originen daños. Esta misión está encomendada a los ROCA y la Policía Judicial, mientras que los motoristas del Seprona, el escuadrón de caballería, desplazado desde Madrid por su facilidad para moverse por terrenos abruptos, y el “cuco”, el helicóptero del Cuerpo, están más para hacerse ver y disuadir a los cacos. Junto a ellos, los que ya están en todos los municipios, como son los puestos de Seguridad Ciudadana, el Subsector de Tráfico el Grupo de Información y la Sección de Intervención Rápida, que recibe los refuerzos del Grupo de Reserva y Seguridad desplazado desde Sevilla. Otra de las claves es controlar de dónde viene cada aceituna, lo que es posible con una guía que acompaña las entregas en los molinos, que específica la ubicación concreta del olivar; a ello, hay que sumar la necesidad de ser muy cuidadosos con las autorizaciones para la rebusca y evitar caer en “excesos de confianza”, como dejar la aceituna recolectada o la maquinaria en la parcela para recogerla después.