Titularidad y responsabilidad
na riqueza patrimonial que languidecía tendrá, por fin, los necesarios cuidados que requiere. El Puente del Obispo, entre Baeza y Begíjar, es una infraestructura del siglo XVI, perteneciente al Renacimiento hispano, que se construyó para evitar los graves problemas causados por las crecidas del río en la comarca.
Por la erosión propia del tiempo, la falta de atención a los cauces y otros problemas el puente presentaba deficiencias estéticas y pequeñas estructurales que no se llegaban a corregir porque nadie asumía su competencia. En este sentido el Ayuntamiento de Begíjar intentó sin éxito que diferentes administraciones y carteras distintas asumieran su titularidad para poder realizar las reformas. Finalmente, tal y como adelantó ayer este periódico, la Junta de Andalucía y, en concreto, la Consejería de Fomento asume su titularidad y, además, y esto es novedad acometerá su reparación. Diversos colectivos que durante este tiempo denunciaron su mal estado, como el Proyecto Cultural Joven de Begíjar, ven ahora reconocido su trabajo para preservar estos monumentos que no cuentan con la necesaria protección. En situación similar, aunque con problemas más severos, está el Puente Romano o Viejo de Andújar del que ya existen informes para comenzar la intervención cuanto antes. Bien está lo que bien acaba, aunque el tiempo perdido es inadmisible y que monumentos que tienen un valor histórico queden en un limbo burocrático no tiene sentido alguno. Es una buena noticia que Fomento asuma su papel en esta función, pero convendría tener claras las competencias de cada una de las Administraciones para poder actuar con la diligencia necesaria.