Terremoto en Chile: “La gente gritaba y pasamos miedo”

Los chilenos no son ajenos a los temblores de la tierra. Cada cierto tiempo, el suelo sacude sus ciudades con seísmo de mayor o menor escala. Pero es de esta semana ha sido especialmente intenso, sobre todo para aquellos que lo viven por primera vez. Es el caso de la mancharrealeña Mari Carmen Rosa, que es una del millón de evacuados como consecuencia de un terremoto de magnitud 8,3 y que ya ha dejado diez muertos.

18 sep 2015 / 10:06 H.


Esta arquitecta vive en La Serena, a 140 kilómetros del epicentro del seísmos. Reside allí desde el pasado mes de abril. Concretamente, en un apartamento, sola, en la zona cercana a la playa y , por lo tanto, en riesgo por los posibles tsunamis. Cuando hizo las maletas, para nada se le pasó por la cabeza que iba a pasar por una catástrofe natural como la que ha sufrido.
Estaba en el gimnasio cuando sonaron las alertas. “Inmediatamente, salimos corriendo hacia la zona segura” relata a través de internet, en los intervalos en que puede estar conectada. La parte menos peligrosa era, según explica, la zona alta de la ciudad. La noche no fue nada tranquila, tampoco. Las sucesivas réplicas se entremezclaron con el sonido de los policías que patrullaban por las calles para evitar saqueos y ayudar a las personas que lo requerían. Para garantizar su seguridad, fueron evacuados a casas en los sectores seguros de La Serena. “Nos fuimos a casas de familiares de gente del gimnasio ya que el terremoto nos pilló allí”, relata la mancharrealeña, que respira algo más aliviada, una vez desactivadas todas las alertas. Confiesa que pasó mucho miedo, y no es para menos. “La gente lloraba y gritaba y yo esperaba a que me dieran órdenes y a ver qué hacía el resto”, recuerda Mari Carmen Rosa. Al cierre de esta edición, estaba de vuelta en casa, no para quedarse sino para poder ver los desperfectos causados por el terremoto. Unos daños que, afortunadamente, se quedarán en materiales, porque ella está bien.
De hecho, se comunicó rápido con su familia para avisarles de que no le había pasado nada y a través de la aplicación especial habilitada por la red social Facebook informó a todos sus amigos de que estaba bien. Lo mismo hizo Rafael Gutiérrez, otro jiennense al que le “pilló” en Santiago.