Terrazas

Siempre que las partes quieran más, habrá un todo que pierde. En el caso de las terrazas hosteleras —indirectamente propiciadas en los últimos tiempos por la ley antitabaco— puede ocurrir que sea más grande, rentable y barata la superficie del espacio público ocupado en el exterior —calle, acerado o plaza— que la interior. Dicho de otra forma, y aunque suene fuerte: comparativamente, se está privatizando por muy poco dinero un bien público. El lógico interés empresarial no puede ser a exclusiva costa de una ciudadanía, que paga con creces lo que consume y no ve la recompensa por lo que cede.

    16 jun 2014 / 22:00 H.