“Tengo la seguridad de que me devolverán a mis niños”
Recién afeitado, con gafas, camisa y corbata. Un aspecto muy diferente al que tenía cuando protestó, durante días, a las puertas de la Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, irreconocible con respecto a sus imágenes en los Juzgados de La Carolina, a los que llegó esposado y, el miércoles, se decretó su libertad. Así se presentó Manuel M. M. en el Paseo de la Estación de la capital, de nuevo, frente a las dependencias de la Administración andaluz, y dispuesto a dar su versión sobre unos hechos que despiertan interés en toda España. Fue tajante sobre el desenlace del proceso en el que está inmerso. “Tengo la seguridad de que me van a devolver a mis niños. Creo en la Justicia y exijo que decida un juez sobre mis hijos, no la Junta de Andalucía”, aseguró. Se agarra a un “error” del Gobierno andaluz para afirmar que los pequeños estarán finalmente con él y, si no, con su hermano Javier o su madre, que ya han solicitado la tutela de estos menores, cuatro hermanos que están bajo protección de Delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales desde diciembre. “Ni las Navidades pude pasar con ellos. Les están haciendo un daño terrible”, argumenta y hace hincapié en el “fallo” de haber separado a sus cuatro hijos, algo insólito, a su juicio.

Manuel M. M. repite una y otra vez que no sabe el motivo de su detención. “La Guardia Civil me dijo que no colaboraba. ¿cómo iba a colaborar, si no sabía donde estaban?, relata en referencia a su detención por la “sustracción” de tres de sus cuatro hijos. Explica que llegó a La Carolina en autobús, y no el coche que conducía un primo suyo, junto a la madre de los niños, como sostienen los investigadores. “Estaba con el psicólogo, yo fui a por chucherías y él a por unos cafés, cuando volvimos al parque, donde se habían quedado un momento los niños, ya no estaban”, sostiene Manuel M. M.
Sobre el hecho de que su exmujer fuera detenida como cómplice, al igual que un primo de los niños, deja claro que no conoce el motivo. “He estado en la cárcel casi una semana, no me he enterado de nada”, deja claro. Eso sí, aunque ve bien que los pequeños estuvieran con ella, cree que este modo de obrar le ha perjudicado. Con sus explicaciones, trata de desmontar la hipótesis principal de trabajo de la Benemérita, basada en que la familia se “apropió” de los hermanos para evitar que los dieran en acogida a otra familia. “Si fuera así, porqué habría ido yo a denunciar, para qué tendría que protestar. He tenido veinte mil oportunidades para poder haberlo hecho y no he querido, no tiene sentido”, dice. Su misión, una vez que está libre, es continuar con las protestas a las puertas del Gobierno andaluz. Y es que, en primer lugar, quiere que se levanten las medidas cautelares que pesan sobre él, que le impiden acercarse o comunicarse con sus niños. “Quieren estar con su padre, son muy pequeños, por Dios. Tienen más derechos los pederastas, los asesinos y los violadores que estos chiquillos y yo”, lamenta Manuel M. M.
Sobre los motivos que llevaron a la Junta a asumir la tutela de los críos, sin entrar en detalles, afirma que no tienen sentido. Niega malos tratos a la madre, al admitir que las denuncias fueron una treta, para que ella pudiera cobrar una paga y, así, poder tener dinero para atender a un quinto hijo de la pareja, que falleció. “Está todo archivado”, aclara. Sobre sus numerosos antecedentes, los reconoce, pero dice que se remontan a 1985. “Antes de conocer a Dios, he cometido errores, pero, con mis hijos, lo único que he hecho es quererlos”. Colectivos como la Asociación Nacional Gitana Yerbabuena respaldan que los niños estén con su familia directa.
Manuel M. M. fue arrestado horas después de que denunciara la desaparición de tres de sus hijos en un parque de La Carolina, donde había ido a visitarlos, en un permiso del centro de menores en el que están bajo tutela de la Junta. También se detuvo a su exmujer, a una hermana de esta y a un primo de los niños.