Templo de una religión muy especial

El espíritu de Joaquín Sabina, aunque él físicamente estuvo ausente, sobrevoló el camarín de la iglesia de San Lorenzo, en una jornada de homenaje al insigne ubetense. La convocatoria más importante fue el certamen musical “Sabina por Aquí”, que celebró su primera edición. Se trató de una fiesta de principio a fin, en la que seis “fieles” de la religión del “Cuerpo de Mujer” solo necesitaron una noche, y no quinientas, para honrar al genio. Los seis participantes fueron la joven Bel, de Úbeda; Elisa de Prada, de La Carolina; Juan Miguel Redondo, de Madrid; Rafa Álvarez, de Alcalá la Real, y los iberoamericanos Martín Ros, de Uruguay, y Pablo Aldaco, de México. Todos llegaron con el objetivo de rendir pleitesía a Sabina.

07 sep 2014 / 08:30 H.


Los artistas desfilaron, de forma sucesiva, por el altar del antiguo templo, que simulaba el escenario en el que Sabina ha actuado tantas veces. La iglesia, “abierto por obras”, según la organización, se encuentra en proceso de restauración. El paso de los años ha hecho mella en sus paredes, sus relieves y su bóveda. Por ello el colectivo Huerta de San Antonio, promotor de las jornadas junto con la entidad Peor para el Sol, desea que esta jornada no sea un simple acto de recaudación de fondos para rehabilitar el monumento, sino una propuesta para acercar a los ubetenses el patrimonio local. Desde la organización, Juanjo Gordillo aseguró que la iniciativa había cubierto las expectativas y que el éxito del festival era escuchar las canciones de Sabina en otras voces y, como no, resaltar la envergadura del ilustre cantante. También quiso agradecerle su involucración directa en el proyecto. Gordillo adelantó que la convocatoria continuará en próximas ediciones y dejó la puerta abierta a que Joaquín Sabina sí esté presente en las próximas ediciones de la convocatoria.
Un vídeo del homenajeado dio la bienvenida a los más de trescientos cincuenta asistentes a la velada. Explicó a los presentes los motivo por los que no pudo estar presente. Un público entregado disfrutó de las versiones. Quedó claro que no se pretendía imitarlo, sino interpretar las letras con otras voces. Los artistas hicieron retumbar las vigas de madera de la cubierta recién restaurada. Un cartel, con la imagen de Sabina, presidió el encuentro. Varias pintadas desgastadas por la erosión, entre ellas un escudo del Atlético de Madrid, se fundieron con el escenario. El público se disputaba las sillas de terraza de bar que sustituían a los tradicionales bancos de madera de las iglesias. Al cierre de esta edición se desconocía aún cuáles eran los dos ganadores.
recuerdos. La jornada tuvo otra convocatoria de relieve. Se trataba de la colocación de una placa conmemorativa, elaborada para la ocasión, en la que fue vivienda familiar del artista, situada en el número 20 de la Plaza Primero de Mayo. En ella puede leerse “En esta casa nació Joaquín Sabina, el día 12 de febrero de 1949”. La obra fue elaborada por Alfonso Cobo, responsable del bar Calle Melancolía, un establecimiento que difunde la cultura “sabinera” a través de su estética. La inscripción fue descubierta, en un acto multitudinario, por los finalistas del certamen “Sabina por aquí”, en presencia de la concejal de Cultura Josefa Olmedilla; miembros de la organización de la iniciativa, amigos y familiares del artista             —estuvo su hermano Francisco— y de muchos particulares que no quisieron perderse la ocasión. También se leyeron algunos sonetos del protagonista de la convocatoria pública y de su padre. Este acto destacó por su significado simbólico y por la emotividad de unos momentos tan especiales.