Temor de los hosteleros al cierre de las terrazas 15 días
Hace escasos meses fue la polémica por la música y, ahora, los hosteleros de la capital tienen un nuevo quebradero de cabeza. Otra preocupación que, en este caso, afecta, concretamente, a aquellos bares y restaurantes que disponen de permiso municipal para mantener abiertas las terrazas durante todo el año. Fue en 2012 cuando, para atender a las plegarias del sector tras los cambios que había aparejado la Ley Antitabaco, el equipo de Gobierno local aprobó la reforma de la ordenanza municipal que regula la instalación de veladores en la calle.

Una de las “mejoras” que esto supuso fue la posibilidad de que las terrazas se pudieran solicitar en cualquier fecha del año, sin necesidad de esperar a un plazo determinado, como había ocurrido hasta entonces. Y, además, se establecieron diferentes períodos de estancia de esos veladores. Entre ellos, uno de 6 meses, de marzo a octubre, y otro de un año. No obstante, a los hosteleros que optaran por esta última modalidad se les advirtió de que, al menos, deberían cerrar las terrazas 15 días al año. “Porque, si no, se estaría creando derecho administrativo”, explica el presidente de la Asociación de Cafeterías, Bares y Restaurantes (Asostel), Antonio Lechuga.
Aprovechando la coyuntura, en estos años, han proliferado establecimientos, tanto en el centro, como en El Bulevar o la Avenida de Andalucía, con estructuras de terrazas que están abiertas los doce meses. Y, hasta el momento, no han tenido problemas. Sin embargo, en las últimas semanas cunde la preocupación entre los hosteleros que disponen de estos veladores. Según indica Lechuga, “este verano, en el mes de julio”, técnicos municipales se dirigieron a los propietarios de “terrazas permanentes” y les pidieron que “pongan fecha” a los días que van a retirarlas. “Solo les han dicho que pongan fecha, no que les vayan a obligar a quitarlas”, apunta el presidente de Asostel, que se muestra convencido de que se llegará a una sintonía con el equipo de Gobierno local. Pero la preocupación persiste, porque aún no se ha abordado y hay dinero en juego. “Montar y desmontar una terraza como la que tienen el Pan y Aceite o el Condestable Iranzo puede costar 5.000 euros”, estima Lechuga, que lo considera, además, “una locura”. Este periódico intentó sin éxito conocer la versión municipal.