Telebasura de la dura
Todas las noches que me acuesto después de ver algún programa de noche en televisión me quedo con la misma sensación: “Creo que ya lo he visto todo”. Ya me ocurrió al ver cómo metían a Cyril Jaquet (un joven que asesinó hace muchos años a sus padres a sangre fría) en un “reality” de Telecinco.
También tuve la misma sensación cuando invitaron a un programa de la misma cadena a uno de los asesinos de Marta del Castillo. Por cierto, a éste le pagaron una suculenta cantidad por contar la situación con pelos y señales. Esto es a lo que yo llamo morbo gratuito y rancio, señores. Cierto es que, al lado de estos ejemplos, el hecho de ver a “la Esteban” tirada en un sofá sin hacer nada (a pesar de que a mí me sirva como una “cutresecuela” de la película “Liberando a Willy”) se queda en una simple anécdota. Aún así y, a pesar de que las cifras publicadas son falsas y no se conoce lo que cobran oficialmente éstos del “geache”, es insultante para el momento que está pasando la población que se paguen tales cantidades a unos personajes sin oficio ni beneficio. Luego te vas a La Sexta y ves a Eduardo Inda preguntándole a Juan Carlos Monedero (que mira que no es de mi absoluto agrado) que “si hoy se ha metido afgano, colombiano, o no se qué”. ¿De verdad, como telespectadores, debemos ver esto normal? ¿Realmente es lícito hacer apología de la droga o simplemente ver cómo una persona lanza falsos testimonios (o, al menos, sin prueba alguna) en un programa que no sale más tarde de las 10 y media de la noche? ¿Dónde está la protección del espectador? ¿Y la del menor?
Jonathan Estepa Arjona / Bailén