Sucesivos asaltos a bares en Alcalá
Los cacos ponen su punto de mira en los bares de Alcalá la Real. Tres establecimientos hosteleros han sido objeto de asaltos de madrugada en los últimos días. El último se produjo ayer y se cebó con La Gamba de Oro, un local de la calle San Salvador. El autor —o autores— destrozó literalmente el cristal de la ventana y penetró en el bajo. El botín consistió en bebidas y dinero, extraído de tragaperras y de un bote creado con aportaciones de los clientes.

El primero de los golpes aconteció, hace en torno a una semana, en el Bar-Estanco Cano, situado en pleno centro de la aldea de Santa Ana. Según explica el dueño del establecimiento, dos encapuchados reventaron la cerradura y, una vez dentro del negocio y después de dañar mobiliario, se llevaron la caja registradora. El empresario indica que el descaro de los atracadores fue tal que, tras marcharse, volvieron porque habían dejado olvidada una barra. Antes, —remarca— su padre que vive justo encima, les recriminó la acción y le dijeron con gestos que le cortarían el cuello si bajaba.
El jueves ocurrió una sustracción frustrada, en el bar situado junto a un concesionario. Un empresario que vive en el inmueble sorprendió a un grupo de tres o cuatro personas, al parecer de origen rumano y con el rostro oculto bajo pasamontañas. “Pese a que les grité no se asustaron”, explica este vecino, José Jiménez. Añade que fueron cautelosos para que no pudiera ver la matrícula. Iban, como en el caso anterior, en un co- che oscuro. El “modus operandi” hace pensar, en ambos casos, en una o dos bandas “profesionales”.
Accidentes aparatosos, aunque sin heridos
La jornada de ayer resultó especialmente “movida” en el plano circulatorio, con dos accidentes ocurridos a mediodía. En uno de ellos, en la zona de El Portichuelo, un turismo sufrió una salida de vía. El conductor salió ileso. En la calle Suecia un coche se dejó caer, al parecer por una avería en los frenos, y se estampó en una casa junto a la rotonda de la Avenida de Portugal.