Subvenciones de actividades y ayudas primarias

Plácido Cabrera Ibáñez desde Jaén. Cuando un Gobierno: nacional, regional, provincial o local, prefiere destinar recursos en subvenciones dentro y fuera de nuestro país para partidos políticos, sindicatos, agrupaciones empresariales, actividades culturales, etcétera, y conoce que hay millones de personas que tienen que acudir a pedir socorro a instituciones caritativas para ser alimentadas, vestidas y para los imprescindibles gastos de vivienda, etcétera, probablemente no lo está haciendo bien. Cuando una persona o institución se esfuerza por practicar el bien, ayudando a millones de personas y colectivos, en materias educativas, sanitarias, emigración, alimentación, etcétera.

    11 jun 2012 / 11:14 H.

     Cuando una institución entrega a la sociedad, mucho más de lo que de ella recibe. Cuando una institución facilita una atención educativa y sanitaria de alto nivel y ofrece total libertad para que los ciudadanos puedan o no elegirla, y ahorra al Estado más de 20 mil millones de euros, cantidad que tendríamos que soportar los ciudadanos con una mayor tasa impositiva en impuestos, son pocos los ciudadanos que no saben valorarla y agradecerla. Sin embargo, hay pequeños colectivos de personas y algún que otro partido político que a pesar de todo esto, frecuentemente tratan de dañar la imagen de la Iglesia, intentando confundir a la opinión pública. Uno de los datos poco conocidos es su eficacia en facilitar empleo a más de 13.000 personas, alcanzando un 16% de efectividad, cuando la del INEM es de apenas un 3%. Cuando una institución a pesar de todo lo que hace en beneficio de un país es frecuentemente “ridiculizada, menospreciada, atacada y perseguida”, causa asombro que al menos las personas y colectivos que reciben sus ayudas no salgan públicamente en defensa de la Iglesia.