Su primera navidad
La revista 'Time' ha destacado al Papa Francisco como hombre del año. No creo que haya nadie que no reconozca que ha sido sin duda el líder del año y el líder que la iglesia necesitaba. En un momento en el que se adolece de liderazgos mundiales que estén a la altura de este momento histórico, la iglesia nos ha sorprendido muy positivamente designando a un Papa cuya personalidad y predicamento no sólo se ajusta a los principios y la razón de ser de la iglesia, sino que está a la altura de lo que el mundo necesita ahora.
Por eso su liderazgo ha levantado una gran expectación en todo el mundo, independientemente de las confesiones y el grado de cristiandad que practiquemos. En 1910, los católicos representaban el 17.57 por ciento de la población mundial y en 2010 eran el 15.49 por ciento. Esto demuestra que la iglesia católica no ha tenido una pérdida significativa de fieles y que en todo caso es marginal, aunque lo que sí ha cambiado de manera significativa es el espacio geográfico donde ahora están presentes estos creyentes. En 1910, el 60 por ciento de los mismos vivían en Europa y ahora no son más del 25 por ciento. Sin duda, el alejamiento de la iglesia de la realidad social ha influido en esta pérdida de devotos, algo que sería capaz de recuperar una nueva iglesia apegada a las necesidades de la gente y al reto de conseguir paz y justicia social. Sin perder de vista que no se ha cambiado de posición teológica, es importante valorar el proyecto de renovación de la Iglesia iniciado por Benedicto XVI y que el Papa Francisco está llamado a continuar. Esta será la primera navidad del Papa Francisco y de momento nos ha señalado ya en qué consiste la navidad, ofreciéndonos unas declaraciones que deberían ayudar a replantarnos el significado de estas fiestas. El Papa Francisco nos dice que la navidad, es el encuentro de Dios con su pueblo y nos habla de la ternura y la esperanza. “Cuando los cristianos se olvidan de la esperanza y de la ternura se vuelve una iglesia fría, que no sabe dónde ir y se enrede en las ideologías y en actitudes mundanas”, ha dicho. Por eso creo que es importante que lejos del consumismo desenfrenado de estas semanas, en tiempos de reinvención generalizada, reinventemos también estas fiestas, dando importancia a las cosas que realmente la tienen: los reencuentros con familia y amigos y practicando esa confraternidad y ternura que nos tendría que conducir a todos a ser ciudadanos generosos y comprensibles con la realidad del prójimo. Por cierto una realidad muy dura para más de cinco millones de personas que siguen sin encontrar empleo y rumbo a su futuro. Que la esperanza no nos abandone en este 2014. Muchos años al Papa Francisco.
Isabel Martínez Lozano es periodista