Sonrisas arrancadas desde una ironía natural

Inteligente, malvado, de chirigota, superficial, blanco o negro. El humor tiene tantas tipologías que, de por sí, puede definir una personalidad concreta, incluso el carácter de una población. El famoso humor inglés que es capaz hasta de sacar una carcajada a los británicos, no es el único conocido por sus particulares características que se basan en el absurdo. En España, los gallegos han conseguido hacerse notar con la aspereza y la amargura de un humor esperpéntico que difundió con maestría el escritor Ramón Valle Inclán en obras como “Luces de Bohemia”. Andreu Buenafuente, referente actual de la gracia catalana, la disfraza con “gafapastas” pero la rellena de inteligencia y un toque de ironía. En Andalucía, el humor se relaja ante el buen tiempo y se pone de gala en celebraciones como el Carnaval que impregna de sátira y fantasía las calles y los teatros. Entonces, ¿se podría hablar de un humor típico de Jaén?

    08 abr 2012 / 09:56 H.

    En una ciudad en la que, ya desde el origen de su propio nombre —se refiere a un lugar de paso—, el humor podría pasar desapercibido para los que la atraviesan, con el fin de salir o entrar a Andalucía. Sin embargo, entre las hileras de olivos, se encuentra un hervidero de gracia, que, si bien no respeta la jarana y la charanga de la parte más occidental de la comunidad sureña, sí que pica con chispas a quien se deja. El humor de un jiennense deja al descubierto una retranca que no siempre se puede ver, pero que se explaya cuando se siente a sus anchas. No llega al minimalismo del absurdo, pero tampoco lo adornan con florituras de chiste fácil.
    La ironía, casi la sátira y una pizca de picardía con “segundas”, no solo definen el humor de la tierra de Santo Reino, sino también la personalidad de sus habitantes, que sacan punta a los detalles de su día a día para destapar u ocultar dramas o alegrías.  Porque para hablar de temas serios como la política, la economía o la salud, qué mejor que una vuelta de tuerca y sacarle su cara más ácida, desde el humor. Pero ironía con elegancia, con respeto. Así lo prefiere el cómico y actor jiennense Santi Rodríguez, quien defiende un tono más suave a la hora de escribir sus monólogos. El humor tiene un doble filo y, mientras unos se toman una gracia con simpatía, hay quienes no la encuentran. Una muestra de que no es tan universal y globalizado como  se puede llegar a pensar.
    Por otra parte, los jienennenses tienen una particular manera de reírse, hasta de circunstancias que no tienen esa “gracia” o “chiste”. Por eso, el monologuista David Navarro, consciente de esta virtud humorística “made in Jaén”, la aprovecha para bañar de historias cotidianas sus monólogos. Una  técnica que, junto con sus compañeros Santi Rodríguez o Eva Y qué, está inyectándose en el resto de españoles para salpicar unas gotas de humor jiennense y conseguir, así, derramar lágrimas de carcajadas.
    La gracieta que se suelta en la barra de un bar o entre un grupo de trabajadores. Así se define esa chispa. Pero en Jaén, además de los monologuistas que hacen bandera del humor local, también existe todo un enjambre del cómicos que explotan su gracia desde diferentes formatos.
    Si recientemente el mundo del humor gráfico español quedó medio huérfano con el fallecimiento de Antonio Mingote, en Jaén, sus seguidores continúan guiñándole el ojo con sus lápices y sobre todo con esa capacidad extraordinaria de recoger la esencia de la idiosincrasia del pueblo jaenita y plasmarla sobre el papel. Entre ellos, Juan Carlos Contreras no solo es un referente en la casa de los dibujantes, sino también en la de los humoristas. Crítico, cercano, fresco. Sus viñetas consiguen arrancar una sonrisa hasta al más serio. De la misma escuela, su compañero Arturo Molero también hace gala de un sentido del humor peculiar, que define como “una mezcla de reírse de uno mismo y de todo”.
    Entre la fantasía y la ilusión de la magia, el humor fue un punto fuerte para los números de los magos. Profesionales que, lejos de anhelar la fama del joven Harry Potter o la elegancia de dandis como el protagonista de “El Ilusionista”, enriquecen sus actuaciones con un toque de humor. Y en eso el rey fue Juan Tamariz. Maestro al que han seguido una cantera de magos como el jiennense Fran Manzaneda, quien utiliza su sentido del humor como una varita mágica.
    Hay quien dijo que el humor es una vía de escape para afrontar los golpes duros de la vida, para otros es, simplemente, su forma de verla y de sentirla. Tener sentido del humor no solo denota inteligencia, sino también salud, por mucho que algunos se empeñen en llamar locos a quienes se ríen hasta de su sombra. En cualquier caso, tener esa capacidad de sacar una sonrisa y, al mismo tiempo, de ver la parte más divertida de una situación son indicadores de riqueza vital.  Diana Sánchez Perabá

    EVA Y qué

    "Queremos que nos vean como a un amigo"

    “Para mí el humor jienennse tiene lo mejor de la gracia andaluza, lo cotidiano, lo sencillo, lo humilde”. Así define en un primer golpe la monologuista Eva Y qué el humor de Jaén. Criada en el corazón del popular barrio de La Alcantarilla, la  joven se ha empapado muy bien de la idiosincrasia de su ciudad, hasta el punto de captar ese carácter peculiar que marca al jiennense y mostrarlo con naturalidad en sus monólogos que traspasaron las fronteras de la provincia hace tiempo. De ahí, que a la hora de poner nombres al sentido del humor de sus paisanos afirme que tiene picardía, ironía y que, sobre todo, es muy cercano. A pesar de esa acidez a la hora de decir una gracia, Eva matiza que su intención no es la de ofender a nadie, sino más bien la de entablar una comunicación de cercanía. “Todos los cómicos de Jaén que conozco creo que intentamos no ofender a nadie. Al contrario, queremos que la gente nos vea como a un amigo, con el que pueden echarse unas cañas y unas carcajadas tranquilamente”, afirma la jiennense.
    Ahora que vive en la capital española, Eva puede comparar el de Jaén con otros tipos de humor, sobre todo, porque se dedica al mundo de la comedia. En este sentido, es consciente de que, más allá del contenido, la forma, a la hora de contar sus historias, ganan en personalidad con la peculiaridad de su acento jiennense. Ese que alarga las últimas vocales y remarca las jotas —en lugar de aspirarlas como en otras ciudades andaluzas—. “Cuando actúo fuera, hablo exactamente igual que en Jaén. No quiero perder mi acento, creo que es una señal de identidad”, indica Eva Y qué.

    SANTI Rodríguez

    “Se vive más pendiente del vecino y eso es motivo de chiste”

    Mirar la realidad desde otro punto de vista y sacar punta a detalles que pueden pasar desapercibidos es la base desde la que trabajan los monologuistas como el también actor jiennense Santi Rodríguez. Profesional del mundo de la comedia tanto en el sector del espectáculo en directo como en la ficción de la pequeña pantalla, Rodríguez conoce estas marcas que caracterizan la personalidad del jiennense, y, por tanto, su sentido del humor. En cualquier caso, el actor no es muy amigo de las etiquetas y no se atreve a englobar la manera que tienen los de su ciudad para reírse de las circunstancias de la vida. En su reflexión sí que concreta que, en Jaén hay una mayoría que vive pendiente del vecino y que se preocupa de opinar y sacar juicios de valor de personas que no conoce. “Si hubiera que definir nuestro humor, diría que es sarcástico e irónico”. 
    Rodríguez está convencido de que el humor blanco es por el que siempre apuesta. “Creo en este tipo de gracia, ya que va dirigida al público en general y no ofende ni molesta a nadie. A muchos les gusta ser transgresores y abusan del sarcasmo para insultar”, comenta. En este sentido, hace especial hincapié en quienes creen que hacen un humor denominado inteligente y retorcido para atacar con maldad al receptor. “Creo que más que inteligencia, lo que denota es que son personas con un gran complejo y resentimiento”, dice convencido Santi Rodríguez.



    DAVID Navarro

    “Nos reímos de situaciones que no tienen por qué ser graciosas”

    Más que definir el humor por zonas geográficas, David Navarro cree en el sentido del humor por personas. No obstante, como especialista en el campo del humor y como jiennense, el monologuista considera que el de su ciudad sería un humor ubicado en el de la Andalucía oriental, que no se parece al occidental. “El de la zona oeste está más basado en la chirigota, mientras que nosotros nos reímos de cosas que no tienen por qué ser graciosas”, explica Navarro. El “deje” de Jaén, en definitiva, su manera de hablar es otra de las peculiaridades del humor a la hora de sacar una carcajada al público. Una característica que suma a la rapidez cuando habla y el énfasis que se procura dar a la idea que el humorista quiere. “Es muy diferente, por ejemplo, al tipo de humor que hacen los cómicos gallegos, ya que ellos van más lento y eso parece que les da más importancia a lo que dicen, sin embargo, no ponen énfasis”, matiza.
    A la hora de preparar un monólogo, Navarro tiene en cuenta no solo la procedencia cultural del público, ya que la edad es otro elemento que hay que apreciar a la hora de contar sus historias para despertar el sentido del humor de quienes acuden a verlo. Por otra parte, el jiennense destaca que, al igual que ocurre en la ropa, en la gastronomía o en el cine, el humor también pasa por modas, que, vienen exportadas de Norteamérica y que se globalizan, atacando, en cierto modo al sentido del humor más local.



    FRAN Manzaneda

    “Procuramos desdramatizar para reírnos de nosotros”

    El sentido de humor se cuela por diferentes escenarios, en el mundo de la magia, el jiennense Fran Manzaneda es uno de los que más apuestan por un punto de gracia, no solo para sorprender con sus números sino también para sacar una carcajadas con sus comentarios. Para el mago el humor de Jaén es universal, pero adaptado a las peculiaridades de la tierra del olivar. De hecho, opina que no existe un humor como tal que defina al jiennense. “Si hubiera que peculiarizar, podríamos hablar de humor andaluz”, matiza. Asimismo, destaca rasgos de forma como el alto volumen a la hora de contar una gracia, el impulso. “Somos más violentos cuando hablamos, pero también lo hacemos con cachondeo”. En el contenido, Manzaneda observa que hay una tendencia a desdramatizar cuando se cuenta una gracia. “Es una manera de reírnos de nosotros mismos, en concreto de esa manera dramática con la que nos tomamos la vida los andaluces”, dice. Aun así no está a favor de las etiquetas.






    JUAN CARLOS Contreras

    “Somos unos grandes observadores”

    Comenta el ilustrador Juan Carlos Contreras que el jiennense, por regla general, es un gran observador. “Basta con fijarse cómo observa cuando otros se enriquecen con su propio aceite o cómo, después de observar varios meses de obras, cae en la cuenta que el tranvía es una ruina el día que echa a andar”. Una característica que define a la perfección el tipo de humor de los habitantes de Jaén. “De la observación saca un humor más cerca del sarcasmo que de le ironía. No entro en que haya personas más o menos graciosas y ocurrentes, sino más bien del carácter general, propio de quienes han sentido durante varias generaciones cómo esta tierra siempre se quedó en la sombra”, dice Contreras. De ahí que afirme que sean poco crédulos ante los cambios. “Por eso cuando algún político nos viene con alguna promesa del tipo ‘Jaén dejará de ser el furgón de cola’, el jiennense, con esa cachaza tan característica, añada ‘con que no nos quites el tren ya vamos apañaos”. En este sentido, el humorista gráfico defiende que el humor de Jaén está muy pegado a lo cotidiano. “Santi Rodríguez o David Navarro, suelen meter ‘guiños’ jiennenses en sus actuaciones que el público suele entender, aunque, hay que explicar antes por qué un jiennense puede ‘tener más chominás que el escaparate de La Pilarica’ o ‘se gasta menos que el Museo Ibérico en Cristasol”.



    ARTURO Molero

    “Un humor de a pie y un pelín malicioso”

    Para el humorista gráfico Arturo Molero el humor jiennense podría ser una mezcla entre los caracteres manchego y andaluz. “Quizá un humor socarrón, de media sonrisa, poniendo un poco de picardía a lo cotidiano”, concreta. De hecho se atreve a concluir que sí sea posible que exista un humor típicamente de Jaén. “Una mezcla de reírse de uno mismo y de todo, pero sin perder la ocasión de dar la puntilla al de enfrente. Humor de a pie, inteligente y un pelín malicioso”, dice. En cuanto a lo entendible que puede llegar a ser el humor jiiennense fuera de la provincia, Molero indica que a pesar de expresiones y coletillas que pueden ser difíciles de entender fuera, es un humor que llega a todos. “Prueba de ello es el éxito de nuestros grandes humoristas: David Navarro, Santi Rodríguez, Goñi o Juan Carlos”.