SONIA PADILLA DÍAZ: "El día a día en el periodismo es imprevisible"

María Poyatos
Profesional radiofónica desde antes de finalizar sus estudios. Periodista vocacional. Estudiante de un Doctorado. Esa es, a grandes rasgos, la vertiente ocupacional de Sonia Padilla Díaz, jefa de contenidos de magacines e informativos locales de Radio Linares. Su hábitat natural se desarrolla entre mesas de sonido, micrófonos, auriculares y todo aquel que tenga una historia que contar y quiera compartir con todos los linarenses. Explica, con la comodidad que siente en su puesto de trabajo, cómo es la vida de una informadora local que se cuela cada día en la casa de sus oyentes como una más de la familia.  

    14 jul 2013 / 08:57 H.

    —¿Cuál es su labor en Radio Linares?
    —Soy la jefa de contenidos, desde los del magacín hasta temas informativos. Además, coordino publicaciones especiales que la radio prepara, como algunas revistas relacionadas con el medio y otras que cubren citas especiales. Por ejemplo, ahora que se cumplen 80 años del aniversario de Radio Linares, la emisora más antigua de la provincia de Jaén, hemos puesto en marcha varias actividades de dinamización con la ciudad, que mi equipo y yo coordinamos, aunque mi labor fundamental es la de organizar contenidos.
    —¿Y cómo ha ido desarrollando su actividad desde que comenzó sus estudios?
    —Empecé acercándome al periodismo práctico el verano de mi primer curso de carrera. Evidentemente, lo hacía solo como oyente, no podía participar en casi ninguna tarea, aunque venía a Radio Linares para ver cómo trabajaban los compañeros. Ya en el verano del tránsito de tercero a cuarto, empecé a venir como becaria oficial, primero como redactora, aunque la cosa fue evolucionando y mejorando hasta llegar a la situación actual. Son ya siete u ocho años los que llevo vinculada a esta radio.
    —¿Cómo es el día a día en una radio local?
    —Se trabaja mucho, la verdad. Nos reunimos por la mañana para planificar temas y salidas, continuidad de los seguimientos informativos… Primero se establecen los contenidos. Después, cada uno se pone manos a la obra con sus tareas. Ruedas de prensa, llamadas, invitados al estudio, seguimientos informativos para el magacín. Lo que me encanta de esta profesión es que un día no se parece en nada a otro. Conoces a gente muy distinta y con muy diversas formas de pensar, estás en contacto con diferentes disciplinas, puesto que un día te toca entrevistar a un político y al siguiente estás en una tertulia de cultivos ecológicos. Abarcas muchas temáticas, conoces a mucha gente y se hace bastante ameno. Una cosa de la radio, y de otros medios, que la gente no conoce es que detrás de los quince minutos de informativo, de la hora y media de magacín, hay muchas horas de trabajo previo para poder sacar cada programa a antena.
    —¿Dónde se ve en un futuro? ¿Se mudaría a una gran capital?
    —La gente se confunde muchas veces cuando piensa que por estar trabajando en una gran capital tienes un mejor puesto que en un medio local. Son distintas formas de trabajar, distinto ritmo… pero el fondo no varía. Cuentas noticias igualmente, simplemente se reduce el ámbito de acción, o incluso diría que se amplía, porque aquí yo puedo trabajar en todas las secciones informativas, y allí se tiende a diversificar mucho los ámbitos de acción. Si alguna vez surgiera una oportunidad interesante, lógicamente la valoraría, pero seguramente seguiría muy a gusto en mi puesto actual.
    —¿Algún proyecto paralelo?
    —No he renunciado a seguir formándome, porque creo que en cualquier profesión siempre hay que reciclarse, aprender y abrir nuevos espacios. El mío pasa ahora por la tesis doctoral que estoy preparando sobre la comunicación en el sector del aceite de oliva. De un lado, porque el tema de la comunicación es al que me dedico, y del otro, porque quería aportar algo al lugar de donde vengo y donde vivo, en este caso, la provincia de Jaén. Creo que hay muchas lagunas en el ámbito comunicativo del sector olivarero, es bastante pobre. Grandes empresas ya aplican métodos comunicativos que realmente son efectivos de cara a los medios y a otros públicos externos e internos. En este momento, estoy analizando la situación, y mi intención es elaborar una guía de pautas prácticas para mejorar la comunicación empresarial y, con ella, la productividad.
    —Hace poco, muchos jóvenes jiennenses se presentaron a las pruebas de acceso a la Universidad. ¿Qué recomendaría a aquellos que se sienten atraídos por una profesión como el periodismo?
    —De hecho, hace poco se acercó a preguntarnos un grupo de estudiantes de un instituto, porque les llamaba la atención la profesión. Les dije que si realmente les gusta y/o apasiona, no renuncien a esta carrera por lo que ven y escuchan a su alrededor, siempre hay una oportunidad. Por mi parte, no puedo hablar mal del mercado laboral después de mi preparación, puesto que he tenido una muy buena experiencia. Aunque sí es cierto que algunos colegas de profesión no lo están pasando precisamente bien actualmente. Una vez que empiecen, siempre tienen tiempo de especializarse y orientar su carrera a otros sectores emergentes dentro de la comunicación. Si realmente les gusta, yo sí que les animo a hacerlo.
    —¿Prensa, radio o televisión?
    —Cada medio tiene su encanto, y te reporta su satisfacción al ver tu trabajo de cara al público. Todos los periodistas, sea donde sea, hacemos lo mismo, cocinamos la noticia acudiendo a ruedas de prensa, recopilando datos, contrastándolos… La única diferencia, la puesta en escena. Si tuviera que elegir, me quedo con la radio porque admiro esa inmediatez que me asustaba tanto al principio. Esa forma de meterte en la casa de la gente, en sus coches, en sus móviles, es algo que no permite ningún otro medio. Algunos me dicen “eres la primera persona que he escuchado al levantarme”, porque encienden la radio para oír las noticias matinales. Y esa sensación de llegar a tantos sitios a través de la radio me encanta, así que me quedaría con este medio.