Sombras tenebrosas.-Lamentable descalabro
Por Nuria López Priego
La experiencia, la literatura, desde los tiempos lejanos en los que una mano anónima escribió los tragicómicos avatares del Lazarillo de Tormes, y el arte contemporáneo ofrecen suficientes muestras de que el placer visual no solo no sacia estómagos, sino que puede ser la flamante fachada en que se ocultan estructuras de barro y el continente de irrisorios, absurdos y patéticos contenidos.

La experiencia, la literatura, desde los tiempos lejanos en los que una mano anónima escribió los tragicómicos avatares del Lazarillo de Tormes, y el arte contemporáneo ofrecen suficientes muestras de que el placer visual no solo no sacia estómagos, sino que puede ser la flamante fachada en que se ocultan estructuras de barro y el continente de irrisorios, absurdos y patéticos contenidos.
Con su figura de emperador gótico, dueño y señor en un mundo imaginario que ha conquistado a millones de espectadores, Tim Burton vuelve a la “lucha” acompañado de su actor fetiche, Johnny Depp, en una aventura conjunta con la que devuelven a la vida al vampiro que conquistó la ABC entre 1967 y 1971, Barnabas Collins. Su atractivo era tal que el propio Depp ha confesado en reiteradas ocasiones que, de niño, soñaba con ser como él. Y no ha dejado de hacerlo hasta producir la película que lo mete en la piel Nuclear de ese ídolo de la infancia de colmillos afilados y uñas interminables que pasó doscientos años enterrado en un féretro encadenado, para que no pudiera escapar.
La telenovela fue un éxito de más de 1.200 capítulos y el atractivo del argumento es innegable. Si a ello se le añaden los efectos especiales de la actualidad, la magia de los trabajos de Burton y el sex appeal imperecedero de Depp, Sombras tenebrosas debería ser un éxito. Y, sin embargo, la síntesis cinematográfica de una historia que se resolvió en la pequeña pantalla en seiscientas horas es un producto que no aporta nada, más allá de la tecnología que genera laberintos subterráneos y otros subterfugios en una mansión inabarcable y una tierna secuencia final, que, no obstante, está teñida de previsibilidad. De nada sirven la presencia de un reparto estelar encabezado por el protagonista de Eduardo Manostijeras, Sleepy Hollow o Charlie y la fábrica de chocolate. Sombras tenebrosas es un descalabro fílmico; un pastel de frutas con la base de bizcocho que las sustenta podrida.
Sombras tenebrosas
Director: Tim Burton
Protagonistas: Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Eva Green