Sin vacunas contra la estupidez

Alguien dijo que una mentira mil veces repetida acaba siendo verdad. Siempre que haya mentes crédulas a las que engañar. Y el caso es que nunca faltan.

08 jun 2015 / 10:56 H.

Un niño se encuentra en estado grave, enfermo de difteria, el primer caso que se produce en treinta años en España y sus padres, destrozados por haber hecho caso a quienes les aconsejaron no vacunar al pequeño. Hoy se dan cuenta del error, mientras las autoridades sanitarias se plantean actuar contra estos grupos “antivacunas”. Ahora se reacciona, ahora, después de dar lugar a poner en peligro la vida de una persona y no se sabe de cuántas más. ¡Inútiles!, con perdón, pero si hay un niño por medio no me puedo contener. Qué lástima que los parches vengan a ponerse después, cuando el daño ya está hecho.

Una decisión que afecta a la salud de todos los ciudadanos no puede dejarse al libre albedrío de una familia o de un particular, por favor. Es de sentido común. Un coche que no pasa la ITV no puede circular con el resto de los vehículos, y si lo hace, se sanciona al conductor. ¿No? Una persona que no cumpla con las normas de vacunación no debería salir de su casa. Elemental. Porque no solo pone en riesgo su salud, sino la de quienes le rodean o están en contacto con ella en algún momento. Todo por creerse las idas de olla de curanderos y charlatanes, igual que de juntaletras que se creen periodistas. En este caso es obvio que la información se manipula y tergiversa, con el perfecto altavoz de las redes sociales como ondas expansivas que llegan hasta el último rincón. Hoy llegan los lamentos y rechinar de dientes.

El buen gestor se anticipa a los problemas, para actuar a toro pasado cualquiera es bueno. Con todo, es de esperar que algo cambie a partir de ahora en los protocolos sanitarios y en su obligado cumplimiento. Las vacunas no son un capricho pero en España no son obligatorias, cuando el derecho a la salud pública debería primar sobre cualquier otro interés. La pena es que no haya vacuna contra la estupidez.

Difteria: un caso en 30 años.  Un niño de Olot está hospitalizado desde el último sábado de mayo, después de ser diagnosticado de difteria, una enfermedad de la que no se había producido un caso España desde hace tres décadas. La causa: que no estaba vacunado. El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Esteve Fernández, pide a los padres y a los grupos que se oponen a las vacunas que “se informen y consulten a profesionales” porque “no solo se protege al niño, sino a toda la sociedad”.

(Publicado en la sección Si yo fuera de la edición del domingo 7 de junio de Diario JAÉN)