Sin novedad en Andalucía
Pasado el 25 de marzo de 2012, seguimos sin novedad en Andalucía: todos los partidos del ámbito parlamentario han ganado. ¡Qué bien! Supongo que la que pierde es Andalucía puesto que todos los indicadores nos sitúan junto con nuestra vecina Extremadura a la cola del PIB de España —casi la mitad del PIB vasco—.
En el panorama político estas elecciones nos dejan un resultado que los tiene a todos confundidos, debemos analizarlo. En primer lugar: el pueblo andaluz no ha ordenado que gobierne el PSOE con IU, eso es hacer una lectura interesada del resultado. En segundo lugar ha querido más gente que gobierne el PP que el PSOE. En tercer lugar, se parecen mucho más los programas políticos de PP y PSOE —y sobre todo su obligación y obediencia europea— que los programas del PSOE e IU. Lo lógico sería que gobernase el PP con el apoyo puntual o excepcional del PSOE, o viceversa. Vamos, esto es lo que votaron el 80% de los andaluces. El problema o la grandeza —no sabemos el futuro— de IU, es que se ha convertido en un partido al borde del sistema. Su política es contraria a todas las exigencias europeas y pretende correr un tupido velo en relación con los temas económicos: los mercados, el déficit, etcétera. Por lo tanto en estos tiempos, es un aliado “demagógico” para cualquiera de los dos partidos mayoritarios. En épocas de bonanza o normalidad económica IU ha desempeñado un papel importante en muchos ayuntamientos y autonomías pero quizás en este momento su papel debe ser de conciencia moral, de oposición vigilante, de voz del descontento, de portavoz de los humildes. No puede aliarse con una acción política con la que está absolutamente enfrentada. Su eslogan debe ser: ¡Que gobiernen ellos! Ni al PP ni al PSOE aportaría lo que ambos en este momento necesitan. En los dos casos IU estaría traicionando a sus bases y a su electorado, y ¿para qué?...tal vez para sujetar el sillón de Arenas o Griñán. La obligación de los dos partidos mayoritarios es ponerse de acuerdo: dialogar, pactar. La ciudadanía no admite más broncas, el deseo de todos es que acepten el resultado y se pongan a trabajar juntos. IU debe estar en la oposición, sencillamente porque sólo un 11% de los andaluces han dado el visto bueno a que gobierne. Tan difícil de entender es que el 11% no puede decidir. Puede ser legal que gobierne en coalición con alguno de los partidos principales, que participe en un gobierno de concentración, que consienta apoyos puntuales a cualquiera, pero no es fácil comprender el sentido común de estas opciones en el momento actual y en el consenso que necesitamos.
Francisco León Valenzuela es abogado