Simbiosis con los serranos en la Estación de Espeluy

Medios siglo de simbiosis entre la campiña y la sierra. Un acto sencillo y simbólico, el descubrimiento de una placa, durante las fiestas de la Estación de Espeluy conmemoró el cincuenta aniversario de llegada de los primeros colonos procedentes de tierras segureñas. Entre los presentes en la convocatoria se encontraban la alcaldesa espeluseña, Manuela Cobo, y su homólogo de Hornos, Juan Antonio Gila, así como numerosos vecinos, entre los que se hallaba el presidente de la Hermandad de San Miguel, Juan Jándula. La convocatoria coincidió con la segunda jornada de la celebración en honor del arcángel, que precisamente contó con un pregón a cargo de Gila.

27 sep 2015 / 08:58 H.


En los discursos por el descubrimiento de la placa, Jándula subrayó la lucha por recuperar, poco a poco, las tradiciones serranas, a pesar de que muchos de los primitivos colonizadores ya han fallecido. Uno de los hitos será la reconstrucción de la ermita de Bujaraiza, en la zona del pantano del Tranco de Beas, entorno al que se realiza una excursión anual desde la Estación.  Ya se cuenta con todos los permisos.
Por su parte, Juan Antonio Gila mostró su gratitud por la buena sintonía entre los municipios. Cobo indicó que el Ayuntamiento al que representa colabora con la hermandad en la medida de sus posibilidades. El rótulo inaugurado recoge, en una de sus mitades, “La fábula del cuervo”, un cuento popular procedente de La Cabañuela, en Hornos. La moraleja de la historia es la necesidad de ser perseverantes en el empeño para conseguir ilusiones, sin avasallar a otras personas. La otra parte evoca el hermanamiento entre la Estación de Espeluy y Hornos, culminado el 9 de abril de 2010.
Las celebraciones en honor de San Miguel comenzaron en la Estación el pasado viernes. La programación, con la misa, la procesión y la comida de convivencia como principales referentes culminará el martes, día de San Miguel. A pesar del paso del tiempo y de la perfecta adaptación a las formas de vida típicas del territorio de campiña, los descendientes de los colonos pretenden mantener vivas sus raíces.