Sigue la guerra sin cuartel entre los “Pikikis” y los “Mallarines”

Los “Pikikis” y “Los Mallarines” son dos familias enfrentadas a muerte desde hace más de una década. Dos clanes rivales que no dudan en limpiar con sangre el honor manchado por viejas afrentas. Han cruzado navajas y han escuchado de cerca el ruido de las balas. Una guerra sin cuartel que se ha recrudecido en los últimos meses con varios episodios de violencia.

    04 ago 2015 / 11:18 H.

    “Cualquier día, esto va a acabar muy mal”, analiza un veterano policía que los conoce bien. El último de estos enfrentamientos se produjo el pasado fin de semana en las inmediaciones de un pub de Úbeda. Un “Pikiki”, apodado “El Tostaíllo”, denunció en la Comisaría que tres miembros del clan de los “Mallarines” intentaron secuestrarlo en plena calle cuando paseaba junto a su novia. En su declaración, explicó que dos de los asaltantes se bajaron de un coche y que uno de ellos llevaba un arma de fuego. Añadió que logró zafarse antes de que lo cogieran y que los despistó metiéndose en un portal.

    La víctima es hermano de Sebastián M. M., uno de los “Pikikis” encarcelados desde hace casi un mes por tirotear a un “Mallarín” en una calle de Linares. Por ello, la Policía da credibilidad a la denuncia y considera que se trata de una “venganza” —otra más en una historia interminable de odio— por la balacera de primeros de julio. Fuentes oficiales de la Comisaría solo confirman que todavía no se han producido detenciones y que se está buscando a los tres presuntos autores. Al parecer, están plenamente identificados. No obstante, la investigación no está, ni mucho menos, concluida. Todo lo contrario. No ha hecho nada más que empezar. Se están revisando las cámaras de seguridad de la zona en la que se produjo el altercado para ver si la historia denunciada por “El Tostaíllo” ocurrió realmente.
    La tensión entre las dos familias rivales ha crecido mucho en lo que va de año, sobre todo a partir de abril. Fue en ese mes cuando se celebró el juicio en el que dieciocho personas pertenecientes a ambos clanes fueron condenadas por participar en el gran tiroteo registrado en Linares en 2008. Antes de entrar en la sala de vistas en las que “Pikikis” y “Mallarines” se vieron las caras, la Policía detectó que dos mujeres intentaron entrar en la Audiencia con pistolas. Después, otro miembro del clan fue detenido cuando transportaba una ametralladora. Y hace apenas unos días, se produjo otro tiroteo, otra batalla de una guerra que parece no tener fin.