Sigue en prisión el autor confeso de un apuñalamiento mortal en Beas

pues el magistrado considera que hay riesgo de fuga y que se generaría una extraordinaria alarma social.
Fuentes judiciales cercanas al caso explican que la defensa de Julián L. G. solicitó al titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Villacarrillo su excarcelación. Alegó que su cliente había colaborado con la Justicia en el esclarecimiento de los hechos y que, además, tenía posibilidad de comenzar su reinserción gracias a que le habían ofrecido un trabajo en Valencia.
No obstante, su señoría no comparte el mismo criterio y ha decidido mantener al autor confeso de la muerte en prisión hasta que se celebre el juicio contra él. Entiende el juez que existe peligro real de que Julián L. G. evada la acción de la Justicia y, sobre todo, argumenta que la puesta en libertad del acusado generaría una gran alarma social. Hay que recordar que este vecino de Beas ya fue condenado en noviembre de 2005 por la Audiencia Provincial de Jaén por intentar matar a tiros a dos hombres, es decir, ya tiene antecedentes por delitos de sangre. De ahí que su señoría haya decidido que Julián L. G. siga en prisión preventiva.
Su abogado ya ha presentado un recurso ante la Audiencia Provincial de Jaén contra esa decisión. En este sentido, pide a los magistrados su excarcelación.
Mientras tanto, la instrucción de la causa está prácticamente terminada. Ya se realizó la comparecencia que obliga la Ley del Jurado, por la que se tramita este procedimiento judicial. Tan solo queda decidir si los forenses del Instituto de Medicina Legal realizan a Julián L. G. un estudio sobre su estado mental. Su letrado así lo solicitó al juzgado. No obstante, el juez denegó la práctica de esta prueba al entender que no aportaba nada al procedimiento. Contra esa decisión, el abogado presentó el correspondiente recurso ante la Audiencia, que está pendiente de resolverse, según informan fuentes judiciales cercanas al caso.
Los hechos. Julián L. G. está en prisión preventiva desde el pasado 13 de abril, cuando acabó con la vida de Eduardo Minero Iruela, un vecino de Beas de Segura de 40 años. Presuntamente, le asestó varias puñaladas en la calle Angosto, donde apareció su cadáver. La Policía Judicial de la Guardia Civil detuvo pocas horas después al presunto autor del crimen. Julián L. G. reconoció que mató a Eduardo Minero. Aseguró a los agentes que lo mató en una pelea a la salida de un pub del pueblo. Explicó que la víctima lo había amenazado previamente, que se defendió de un ataque previo (el fallecido iba desarmado) y que estaba muy asustado. Igualmente, alegó en su declaración que estaba “borracho y drogado”.
En noviembre del año 2005, Julián L. G. ya fue condenado por la Audiencia Provincial de Jaén junto a otro hombre por el intento de dos hermanos de Beas, a los que hirieron de gravedad con armas de fuego. Le cayeron cinco años de prisión por unos hechos acaecidos en el pueblo el 8 de mayo de 2004. Según él mismo declaró en el juicio, fue el primero en disparar una escopeta de cañones recortados contra las dos víctimas: “Me habían dicho que me iban a matar. Le dijeron a mi mujer que me iban a cortar el cuello y amenazaron a mi familia. Eso me hizo perder la cabeza. Yo quería hablar con ellos para que la cosa quedase tranquila. Sin embargo, cuando me acerqué al coche donde estaban metidos, vi cómo hacía un ademán de echarse mano a la barriga, como si fuera a coger una pistola. Fue entonces cuando disparé”, declaró Julián L. G. en la vista oral celebrada hace ahora seis años. “El Valenciano” volvió a matar apenas unos meses después de cumplir condena por estos hechos.