Siete acusados de traficar con drogas piden la nulidad del proceso

Este caso comenzó a finales de junio de 2008, cuando un vecino de Villargordo se personó en el cuartel de la Guardia Civil del pueblo. Denunció que dos hombres lo estaban coaccionando y amenazando para que pagara unas deudas vendiendo para ellos medio kilo de cocaína.
Los agentes pusieron los hechos en conocimiento del juez de guardia, que dictó un auto por el que se autorizaba a realizar escuchas telefónicas de varios de los acusados. Para los letrados, esa orden no estaba suficientemente motivada: “El proceso estaba viciado desde el principio y todas las pruebas que se obtuvieron con posterioridad no sirven”, aseguró el letrado del considerado cabecilla del grupo, el único al que le encontraron unos 140 gramos de cocaína. Por ello, solicitó la nulidad de todo el proceso, una petición que fue refrendada por el resto de acusados. El tribunal aseguró que respondería esta cuestión previa en la sentencia.
En el juicio, los siete acusados se declararon inocentes de todos los cargos. La principal prueba de cargo con la que cuenta la Fiscalía son, precisamente, las escuchas telefónicas. Muchas de esas grabaciones se escucharon ayer en la sala. Presuntamente, los acusados hacían sus negocios “en clave”, con palabras encriptadas: “Quiero que me traigas coches nuevos”, “me gustan de 140 caballos” o “pongo la mesa con platos para veinte personas” son algunas de las frases interceptadas que, según la Fiscalía, hacen referencia a la cocaína. No obstante, los acusados negaron que traficaran con droga y defendieron que se trata de conversaciones normales relativas a la compra y venta de vehículos.
Al único acusado al que se le encontró droga, Antonio M. A., aseguró, a preguntas de su abogado, que la droga era para su propio consumo y el de otros amigos con los que había quedado de fiesta.
Para hoy está prevista la declaración de los agentes de la Policía Judicial que realizaron la investigación en el verano del pasado año 2008.