08 jun 2014 / 22:00 H.
Hace unos días, a través de las redes sociales, vi una imagen preciosa que llamó poderosamente mi atención: Un niño de unos 7 u 8 años, vestido de portero y situado en su portería, en un campo de fútbol. Junto a él, bajo la lluvia copiosa, un hombre mayor, su abuelo, que lo cubría bajo un paraguas mientras el niño miraba expectante al campo de juego. Y es que no sólo por esto, por desvivirse por los nietos, sino por todo, nuestros mayores se merecen lo mejor hoy y siempre. En la actualidad son los que cuidan de los nietos, los que sostienen con sus pensiones a muchas familias. A más de las que nos pensamos. Tras una vida de trabajo y esfuerzo, dura en tantísimos casos, ahora les sigue tocando “tirar del carro”. Por todo, vaya desde aquí mi pequeño gran homenaje a esos hombres y mujeres que llevan en su espalda el peso de tantos años, de tanto vivido. Me gustaría que todos fuésemos capaces de dedicar más tiempo a nuestros mayores, a estar con ellos, a escucharlos, arroparlos, a mostrarles nuestro cariño. Afortunadamente cada vez más personas mayores llegan a una edad avanzada con una buena calidad de vida y con ganas de seguir disfrutando de la vida como el primer día. En el Colegio de Enfermería de Jaén tenemos un claro ejemplo. Hace unos años el número de enfermeros jubilados no llegaba al centenar, en poco tiempo casi rozamos los 300. Imposible en este corto espacio citarlos a todos, pero como representación nombrar a algunos como Agustín Aparicio, Vicente Abellán o Carlos Alonso, dedicados en cuerpo y alma a su trabajo durante toda la vida, dando lo mejor de ellos mismos a su familia, a sus amigos, a sus pacientes. Y, en la actualidad, con unos pocos años más, sigo viendo en ellos esa chispa en los ojos, esa energía y esas ganas que le ponen la vida. Mientras uno tenga ganas de seguir aprendiendo, tiene ganas de seguir estando vivo. La respuesta de nuestros mayores a los cursos de inglés, de informática, a los viajes que les proponen, es buenísima. Ojalá muchos de nosotros tuviéramos esa actitud ante la vida. ¡Vaya para vosotros, tenéis toda mi admiración!