Si yo fuera Diego Valderas

El coordinador general de IU-CA está en racha. Una semana después de que las urnas descifraran la voluntad popular que escondían las encuestas, él silba confiado porque el escenario es más que propicio. Tras los continuos varapalos autonómicos, su coalición corría el peligro de caer en la irrelevancia política y, sin embargo, y contra todo pronóstico, acertó el pleno al quince. De seis diputados pasó a doce y se convirtió en la verdadera estrella de la noche.

    01 abr 2012 / 09:27 H.

    Mientras las crónicas periodísticas enlatadas se tiraban a la papelera, él rehizo su intervención con fanfarria de fondo.  Y eso que a primera hora de la tarde su escaño por Huelva estuvo, otra vez, en el aire. Hubiera sido demasiada condena para el político tozudo que recogió los restos del naufragio después de una “pinza” con el PP que a punto estuvo de ser la puntilla para la coalición. Borrado del mapa el intelectual Luis Carlos Rejón y perdida la locuacidad de Antonio Romero, quedó el trabajo callado de este onubense que se tuvo que multiplicar para apagar los fuegos internos y los clásicos navajeos entre compañeros de una coalición que es difícil de escrutar incluso para los iniciados. Sirva o no el ejemplo de Jaén. Ahora será el momento del “programa, programa, programa” que acuñara Anguita en forma de gobierno de coalición —con el peligro de abrazo de oso que supone— o del apoyo circunstancial de investidura, con cuatro años para vigilar que Griñán no se salga de la linde de izquierdas. Para ese puesto de arriero, Sánchez Gordillo, el más suspicaz de la cuadrilla, ya tiene levantado el brazo. Antes y como manda su decidida ortodoxia consultaran hasta el último de la fila. De momento, y como anticipo para empezar la negociación con el PSOE, IU creará tres comisiones, una de negociación política, otra de diálogo con las organizaciones sociales y una tercera sobre la configuración de los órganos de extracción parlamentaria... Nadie los acusará de falta de democracia interna o de improvisación. Valderas tiene la llave, Valderas tiene el poder.

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