Si yo fuera Del Bosque

Talento “made in Spain”. Al contrario que la otra España, que necesita intervención por vía intravenosa, esta tiene un líder con discurso coherente, sostenido en el tiempo y avalado por su antecesor en el cargo. Odiosas las comparaciones. Sacudida de complejos lleva la vitola de favorita porque lo ha ganado en el campo y no por los delirios de grandeza de la otra, la España que se creía que jugaba entre las mejores por más que estuviera dopada de activos tóxicos. Esta España futbolera está liderada por un tipo sencillo, ni estridente ni iluminado, que confía en el trabajo y en el talento para sacar lo mejor de sí de un equipo. Sin darse importancia impostada y teniendo claro que el triunfo y el fracaso en el deporte son relativos, lo que sí ha logrado esta España balompédica es tener una marca propia, una seña de identidad con la que ganar o perder. La otra España vivió prisionera de sus delirios de grandeza y ahora le toca penar por no saber a qué jugar, si al ataque o encerrarse defensivamente y especular con que nos golpeen lo justo. En esas estamos. Del talento, en este caso, mejor no hablamos, porque lo exportamos de mala manera sin amortizarlo y, además, comenzamos a plantearnos que es caro formarlo y que mejor que inventen otros... Quizá cuando no haya nada más que intervenir, y tengamos que empezar con el contador a cero, invoquemos esta metáfora futbolera para que el talento de los mejores sea sobre el que se edifique una España que no sea de cartón piedra.
En Twitter @JMSerranoAlba