Si tuviéramos oro negro
Desde La Pampa argentina hasta la planicie de La Loma jiennense, el petróleo interesa. En la misma semana en que la presidenta argentina, Cristina Kirchner, pone cerco y celo al negocio español al otro lado del charco, conocemos que la provincia está en el punto de mira de la empresa Oil & Gas Capital, que cuenta con permiso de la Junta de Andalucía para poder explorar el subsuelo jiennense en busca del preciado hidrocarburo. A nuestro conocido y devaluado oro líquido podríamos sumar un oro negro escondido en lo que sería, sin duda, un “círculo virtuoso” económico.
La metafórica imagen es fácil, pero la realidad del terruño hace que la mesura se imponga ante otro posible espejismo, y van unos cuantos. Si el descreimiento cotizara en bolsa los jiennenses romperíamos registros del IBEX cada semana. Aunque no tenemos aeropuerto que cerrar, sí tenemos un tranvía quemando frenos y paciencias, un parque acuático que no tendrá agua y una autovía como la A-44, con tramos jiennenses que son una auténtica vergüenza. Del sector industrial ni hablamos, de lo que sembraron diversos planes pocas iniciativas echaron raíces y salvo honrosas excepciones no hay pilares a los que agarrarse después de la crisis. El demoledor informe del Consejo Económico y Social de la capital, que es extrapolable en su lamento al resto de la provincia, apunta y duele. Estamos condenados y condenamos a futuras generaciones a emigrar, este mensaje no es políticamente correcto y ningún líder político hará bandera de él, pero es la realidad que escuece. La “generación mejor preparada de la historia”, una cantinela que habría que revisar y que escucho desde hace veinte años, lo tiene crudo y negro. O de la necesidad hacemos virtud o nuestra recesión será sostenida en el tiempo. Paro y precariedad laboral son presente y toca cambiar para los años venideros. Si, al final, resulta que esta tierra nos bendice, mejor, pero conviene no acostumbrarse a vivir solo de lo que da. Incluso para conseguir petróleo hay que ensuciarse antes las manos.
En twitter @JMSerranoAlba