Si fuera presidenta de la Cámara

La caja de Pandora se abrió y todos los males del mundo cayeron sobre la Cámara de Comercio. ¿Así se explica? Claro que no, pero nadie ha tenido la valentía de aclarar qué ha pasado en la entidad para que haya acabado en el pozo en el que ahora se encuentra. Desde fuera se puede recurrir a la mitología o a otros razonamientos más mortales y mundanos, porque todo el mundo tiene su teoría, pero lo cierto es que todavía se espera un mea culpa que no llega.

    14 jun 2014 / 22:00 H.

    Está visto que quien la hace, no la paga. La dimisión del presidente Luis Carlos García hace tres meses llegó por la vía de urgencia, (por decirlo con cariño) y abrió la puerta al principio de la solución, con la constitución de una gestora, pero a pesar de los pesares, los trabajadores siguen, a día de hoy, sin cobrar.  El asalto al poder se ha convertido estos últimos meses en una enrevesada partida de ajedrez, o quizá de póker por aquello de los faroles, en la que todos han movido ficha o jugado sus cartas para aspirar, cosa curiosa, a presidir una casa con una situación económica ruinosa. Un caramelo envenenado por el que alguno sería capaz de vender su alma. ¿Inexplicable? Quizá no tanto. La CEJ de Manuel Alfonso Torres impuso la cordura y la candidatura de Comercio Jaén capitaneada por su actual secretario Bruno García se quedó en la cuneta. Por fin algo de sentido común en toda esta maraña de intrigas palaciegas. El sabio Eduardo Criado lo pudo decir más alto, pero no más claro. Con la que está cayendo, no es de recibo pretender vivir del sueldo de gerente, sacar ganancia de la mar revuelta, cosa que llevaba  implícita la susodicha candidatura. Bastantes sueldos arrastra ya la Cámara, y todos sin pagarlos, para empezar la casa por el tejado. Otra cosa es que el futuro gerente fuese un genio de las finanzas, pero no parece el caso.  
    Si yo fuera presidenta de la Cámara pediría consejo a Miguel Ángel López Barea que bien saneadas que dejó las arcas y, lo primero y principal, encargaría una auditoría a la voz de ya.