Ser mujer
Marzo se viste en femenino y se llevan a cabo diferentes actos, necesarios todavía, para alcanzar una corrección en la igualdad de género. Ustea organiza los Encuentros con Mujeres Artistas, donde acontecen derroches de letras, fotografía, filosofía y belleza. Basándonos este año en la memoria de Antonia Molero, maravillosa mujer y gran compañera, que nos dejó joven y vital hace unos meses, vivimos todas su presencia. Mi poema, para Antonia:
Ser mujer, es no tropezarse con las huellas esculpidas otrora entre gemidos largos y retratos silenciosos. Es andar con el agua derramada en la frente y los sueños tatuados en las losas donde pesan siglos desterrados y rechinan el dolor y la impotencia. Ser mujer es presentir los cauces ignorados y encontrar el camino que se incendia entre las manos y esperar en silencio, ese hacerse mujer, donde reinventar los secretos para entender este lenguaje de días nuevos. Ser mujer vislumbra una guerra sin armas que arrastra en los cabellos un linaje de lluvias ácidas ungidas en barricadas de sangre. Pero el coraje que resurge a ráfagas de sus entrañas es férreo e insondable. Ser mujer, es hacerse mujer porque lo anuncia el viento con un temblor antiguo en los labios y un balbuceo incipiente en la mirada, que viene a desgranarse en éste tiempo florecido donde no hay pan de lágrimas sino aguas del mundo en regazos generosos con olor a canela. Ser mujer es ser marzo, ser nosotros, ser hálito, ser almendro, ser lluvia, ser caballo galopante, ser tierra que amamanta el universo, ser océano, ser una diadema de tesones, ser Antonia Molero.
Rocío Biedma es poeta