Sentencias que parecen dar la espalda a la realidad social

Vaya por delante el absoluto respeto a la Justicia, como cuestión elemental y fuera de toda discusión en un Estado de Derecho. A partir de ahí, el día a día deja sobre la mesa sentencias que, cuanto menos, reabren el debate ciudadano sobre las aparentes contradicciones que se pueden producir entre lo que se recoge sobre el papel y la realidad en estado puro.

    04 feb 2010 / 12:11 H.

    El Juzgado de lo Penal número tres de la capital acaba de condenar a un joven de La Carolina a pagar una multa de 90 euros por tirar al suelo y pegar un puñetazo a un hombre que tenía agarrada por el cuello a una chica, a su ex novia, en plena discusión. El carolinense actuó llevado por un impulso para defender a la joven y consiguió que la desigual pelea entre la pareja no fuese a mayores. La actuación parece lógica, a juicio de cualquiera, pero desde un punto de vista puramente legal es sancionable y, de hecho, lo ha sido. El texto que lo condena lo obliga a pagar una multa de 90 euros. Resulta aún más paradójico que este chico tenga, en cierta forma, que dar gracias por su pena, si se tiene en cuenta que el fiscal solicitaba, en un primer momento, una multa de 720 euros, cantidad que se rebajó al llegar a un acuerdo el día del juicio. No resulta sorprendente que este hombre declare que, si se vuelve a encontrar con una situación parecida, no sabe si saldrá en defensa de la mujer maltratada.
    La lucha contra el maltrato lleva implícito un alto componente de complicidad social como único camino para que sea eficaz, que sea la propia sociedad la que dé la voz de alarma cuando la maltratada se vea superada por las circunstancias. En la mente de todos está el caso de Jesús Neira y es evidente que, en ocasiones, son los vecinos los que salvan a la víctima de una muerte casi segura. Sentencias como esta hacen un flaco favor a ese argumento de necesaria cooperación ciudadana en la erradicación de la violencia hacia la mujer.