Semana Santa
Y año de Pasión. Es lo que están suponiendo tantas y tantas estaciones de Penitencia por causa de la crisis (esa de la que somos culpables los curritos y no curritos de a pié), y de la que los banqueros; las patronales; los que se reparten dividendos; los defraudadores; los especialistas en paraísos fiscales y un sin fin de listos del sistema no se hacen responsables.
Mientras Alemania, representada por doña Angela Merkel, exigiendo ese montón de dinero que nos prestaron sus bancos, por cierto conchabados con los nuestros, dándonos apretones y vueltas de tuerca para que el primer objetivo sea devolver al César lo que es del César, o sea, devolver a los bancos lo que es de los bancos, y el Estado del Bienestar ¡para quién se lo pueda costear!. Para conseguir ese objetivo que nos han impuesto con el beneplácito de nuestros gobiernos, ya tenemos a los hombres de negro paseándose por nuestro país al modo del “hombre invisible”: de riguroso negro y envueltos en la mágica capa que todo lo tapa. Especialistas en reuniones ocultas y fugaces en las que se deciden cuánto más hay que bajar los salarios de aquellos que queden después de los Eres, Ertes y despidos procedentes, improcedentes, pero sobre todo inmorales. Entre tanto, entre aturdidos, asustados y obnubilados, miramos a los vecinos europeos de la llamada Europa del Sur, sin entender por qué han consentido que Chipre sea un paraíso fiscal más incluido en la Unión Europea y por que no se les obligó al igual que hicieron con España a hacer los deberes, antes de entrar. Las cosas dicen que van a peor hasta que cumplamos el déficit de las narices; el desempleo subiendo y las esperanzas de un Estado de Bienestar como el que teníamos, extinguidas.
Funcionaria
Ana Barberán