Seguir restando
Desde Vitoria. Continuar adelgazando la administración debe ser el objetivo prioritario del Gobierno de la nación. Las medidas que se están tomando no son las que se esperan de un ejecutivo que sin duda ha entendido lo grave de la situación.
Es comprensible que se estén meditando algunas de las medidas que tomar con respecto a las administraciones, pero retrasarlas perjudica a todos. Los ayuntamientos que han de renunciar a ejercer como una institución autonómica o nacional. El embarcarse en proyectos de gran envergadura no es de su competencia. Realizar obras cuyo coste signifique un endeudamiento considerable debe ser rechazado. Levantar grandes teatros, estaciones intermodales sobre dimensionadas o centros de exposiciones de un tamaño importante son acciones que deben estar reguladas. Los ayuntamientos han de gestionar lo realmente importante para el ciudadano. Prestar un servicio de cercanía debería ser el cometido de los ayuntamientos. Los grandes proyectos han de ser llevados a cabo por una administración de mayor tamaño para que de esta manera puedan valorarse con más racionalidad las necesidades. Una administración donde tengan cabida los alcaldes ya que son ellos los que deben exponer el proyecto que consideran adecuado para su localidad. En demasiadas ocasiones se han ejecutado proyectos con un gran coste que solo han servido como reclamo electoral y que han resultado un verdadero fiasco. Ejemplos los hay por toda la geografía del país. Por tanto, es necesario acabar con los despilfarros de todas las administraciones que se ha demostrado que nos han traído una ruina total y por ello nos encontramos en una situación casi de emergencia nacional.
Fernando Cuesta Garrido