Sectores en alza en un inestable mercado

Pepi Galera
Hablar de crisis y de negocios que crecen podría parecer un auténtico disparate. Pero es que mientras para algunos la situación se hace realmente difícil e, incluso, insostenible, hay otros negocios que ven cómo su actividad crece y entran en un periodo de bonanza.  Eso sí, toda moneda tiene dos caras. La proliferación de competencia o la caída de otros sectores también repercuten en ellas. Así, su objetivo es igualmente sobrevivir en un entorno nada fácil para todo empresario.

    11 sep 2011 / 11:21 H.

    No son solo supervivientes a la actual coyuntura económica, sino que han sabido aprovechar estas circunstancias para lograr mayor éxito en el mercado. Existen sectores o negocios que han exprimido sus recursos para convertirse en nichos indispensables de esta época de crisis. Sus peculiaridades hacen que sus servicios sean demandados por la sociedad. Por ejemplo, las dificultades económicas del consumidor hacen que se tenga que volcar más por un tipo de productos o negocios que han sabido hacerse hueco.
    La alimentación es una necesidad primaria. Comer hay que comer, haya más o menos dinero. Pero eso sí, si no hay mucho, hay que ajustar más la lista de la compra para llenar el carrito. A pesar de esta situación de debilidad de la demanda, los supermercados se ven favorecidos por la política que promueven de precios ajustados, así como por la mayor utilización de las marcas blancas. Y esta tendencia “low cost” no solo se queda en la alimentación.  Muchas cadenas de franquicias se han especializado en la venta de ropa a precios de saldo. La tendencia a las compras más por menos precio se intensifica en estas épocas y justo esa característica es la base de estas cadenas.
    La crisis económica, que ha reducido cerca de un 40% las ventas desde 2007, trae otro dato: el número de coches con menos de cinco años ha bajado un 21%. De esta forma, si un vehículo antiguo se avería, hay que buscar la solución más barata. Y la crisis agudiza el sentido del ahorro. Así, son ya muchos los conductores que acuden los desguaces en busca de piezas de segunda mano con las que reparar sus vehículos. Si se puede encontrar un componente en buen estado y a buen precio, ¿para qué se va a comprarlo nuevo? Los desguaces han visto multiplicadas sus visitas gracias a los precios de sus piezas de recambio, entre un 30 y un 80% más baratas que en los concesionarios oficiales, según infodesguaces.com. Pero, como no todo es blanco o negro, los desguaces tampoco lo tienen todo tan fácil. Cada vez entran menos a sus depósitos y, con ellos, se esfuma la posibilidad de aumentar negocio. Además, en algunos casos, los vehículos más antiguos —los coches que ruedan por las carreteras españolas tienen una media de 13,4 años— no les dejan apenas rendimiento e, incluso, en algunas ocasiones les cuesta más su tratamiento que beneficios les reporta.
    Algo similar ocurre con las empresas de trabajo temporal. Más parados, más clientela en sus bolsas. Pero, si no se ofertan suficientes puestos de trabajo, tampoco pueden recolocar a sus clientes.
    El cobro de morosos es otra de las gallinas de los huevos de oro. No son necesarias muchas explicaciones: más morosos, más trabajo. Y desde luego, hoy en día lo que no faltan son morosos. Eso sí, la posibilidad de llegar a embolsar la deuda si el deudor es insolvente es otra cuestión.
    Muy relacionadas con ello están las entidades especializadas en créditos rápidos. Con el aumento del paro, se frotan las manos ante el aluvión de clientes ahogados por la falta de liquidez. Hacen un buen negocio por los altos intereses, pero el riesgo de impagos que corren también es muy elevado.
    Por otra parte, el sector de las reformas está en boga. La crisis inmobiliaria frenó la compra de viviendas, lo que ha provocado que estos servicios estén más demandados. Además, es un sector al que aún no ha llegado ninguna referencia nacional con una fuerte representación en todo el territorio, por lo que aún es un nicho con posibilidades de crecimiento.