14 may 2014 / 22:00 H.
Hoy, para inaugurar mi nuevo huequecito en este periódico, no voy a hacer mención al mal estado de las calles, a los boquetes que se van abriendo a lo largo de las vías del tranvía o al poco caso que los que aquellos que están el Ayuntamiento hacen a la ciudadanía en general. Hoy quiero proponer una idea a todos los lectores del periódico. Muchos de los que leen estas páginas son donantes de sangre, de órganos o de tejidos, pero pocos son donantes de médula. El motivo sigue siendo el desconocimiento de esta práctica y el conocimiento de los riesgos que en un pasado suponía ser donante de médula. Pues bien, donar médula no es sinónimo de riesgo. Es fácil y puede hacer felices no solo a quienes la reciben, sino a familias enteras. El lugar, allí, en el antiguo Princesa, justo donde se dona sangre. Te sientas, te explican y te informan detalladamente, haces una donación de sangre y danzando para tu casa. Así de fácil es. Luego ya el protocolo te avisa de si eres apto para donar médula o no lo eres y, en caso de serlo, entras en una base de datos para hacer felices a familias enteras.