Se enfrenta a 4 años de cárcel por recibir cocaína oculta en libros

A partir del lunes, los magistrados de la Audiencia tendrán que decidir si Juan B. A., un cocinero de Los Villares, es un “camello” o, por el contrario, es la víctima de una trampa. Es hombre de 45 años se sentará en el banquillo acusado de recibir un paquete enviado desde Argentina con 200 gramos de cocaína ocultos en libros infantiles.

    26 nov 2011 / 10:59 H.

    La Fiscalía lo acusa de un delito contra la salud pública y reclama para él un castigo de cuatro años de prisión, más el pago de una multa de 30.000 euros. La defensa de este villariego asegura que su cliente no tiene nada que ver con la droga y que ese envío pretende “arrebatarle lo que tanto le costó conseguir”: la custodia de sus cuatro hijas.
    Para entender esta estrategia de defensa hay que volver atrás en el tiempo. A Juan B. A. lo detuvieron en agosto de 2009. Lo denunció su exmujer por malos tratos y violación. El caso se archivó definitivamente casi cuatro meses después. No obstante, este vecino de Los Villares no logró ver a sus cuatro hijas durante casi un año. De hecho, llegó a denunciar a la Junta de Andalucía porque no le facilitaba la dirección de la casa de acogida donde su expareja se refugió con las menores. Finalmente, consiguió la guarda y custodia de las niñas, que entonces tenían entre tres y diez años.
    Poco tiempo después de esta circunstancia, a Juan B. A. volvieron a ponerle las esposas. Fue el 2 de diciembre de 2010, cuando recibió en su domicilio de Los Villares un paquete enviado desde Argentina. Nada más hacerse cargo del bulto, varios agentes de la Guardia Civil se le echaron encima para arrestarlo. El paquete contenía varios cuentos infantiles. En las tapas de esos cuadernos, “bien camufladas”, venían varias bolsitas de plástico, que contenían cerca de 200 gramos de cocaína de gran pureza. La droga está valorada, según los cálculos de la Fiscalía, en más de 13.500 euros.
    El fardo, que había sido enviado desde Argentina por un remitente inexistente, levantó las sospechas de los agentes del Aeropuerto de Barajas. Surámerica es una “zona caliente” y se suele revisar la mayoría de la mayoría de los paquetes que se mandan desde allí. Normalmente, se pasan por los rayos equis. En esta ocasión, el resultado fue positivo y el bulto contenía casi 200 gramos de cocaína.
    El juez decidió que no tenía sentido levantar el pastel en ese momento y organizó una “entrega controlada” del envío, cuyo destinatario era Juan B. A. Cuando se hizo cargo del paquete, este cocinero de Los Villares fue inmediatamente detenido por funcionarios del Instituto Armado.
    El acusado siempre se ha declarado inocente. Desde el principio, sostuvo que no tenía relación alguna con la droga, que no sabía quién se la había mandado y que todo formaba parte de una trampa. Es lo que su abogado, Luis Heredia Barragán, ha plasmado en el escrito de defensa. Niega todos los cargos que le imputa la Fiscalía, que pide una condena de cuatro años de cárcel, y asegura que se trata de un trampa para, literalmente, “arrebatarle lo que tanto le costó conseguir: la custodia de sus hijas”.
    El juicio se celebrará el próximo lunes, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén. Rafael Abolafia / Jaén