Santana Motor y las dudas metódicas del PP sobre el Aníbal

Hace daño a Jaén cualquier duda que se plantee sobre las cosas que aquí hacemos y producimos, no debemos engañarnos. Abogaremos siempre por la transparencia y la claridad de las Administraciones públicas, que deben dar constante ejemplo y respuesta a los ciudadanos a quienes representan, más aún a quienes salen elegidos parlamentarios en unas elecciones generales, autonómicas o locales. Por tanto, un ministro o un consejero han de responder en primera instancia a los diputados y senadores y en general a la sociedad; no deben esconderles nunca nada porque esa es la fortaleza de la democracia en sí y del Estado democrático y de Derecho español en particular. No obstante y hechas estas salvedades, es cierto también que hay cuestiones que podrían considerarse de máxima importancia para el territorio y la ciudadanía (de Estado se suelen llamar) que merecen ser tratadas de forma discreta, con luz y taquígrafos la mayoría, pero también con confidencialidad otras, según los casos, porque su conocimiento expreso puede dañar a terceros. Salvando las distancias de las cuestiones de Estado, en el caso de los problemas técnicos detectados, y subsanados, en el modelo Aníbal Militar de Santana Motor, podríamos entrar en esos mismos considerandos. El Partido Popular ha hecho sendas preguntas sobre su presunta viabilidad como vehículo, en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento de Andalucía. Cierto que estaban el diputado Ferrer y el parlamentario Fernández de Moya en su derecho legítimo a fiscalizar la acción de Gobierno, pero aquí en Jaén la imagen que se queda es que han afeado a la propia Santana Motor de Linares por no hacer bien su trabajo, dado que de esa pregunta se ha permitido que la competencia, el sector del automóvil en general conozca de algunos pormenores que antes desconocían. Con todo, quedémonos con que todo se ha subsanado técnicamente ya.

    19 dic 2008 / 23:00 H.