Santana dice adiós en septiembre a la multinacional japonesa Suzuki

La automovilística Santana Motor de Linares dice adiós en el mes de septiembre a la japonesa Suzuki tras 27 años de trabajo conjunto. Será a mediados del mes de septiembre cuando los 120 trabajadores de la cadena de montaje de los vehículos de la marca japonesa se reincorporen a la producción del Iveco Massif, dando totalmente por finalizada la producción del modelo Suzuki Jimny, que en principio concluyó el 24 de julio.

    31 ago 2009 / 16:54 H.

    No será hasta el 14 de septiembre, cuando se reúna la dirección de la empresa, cuando se de por cerrada de forma definitiva la cadena de montaje del modelo japonés, ya que habrá que examinar si ha quedado algún pedido o algún vehículo sin terminar, según ha explicado a Efe Gabriel Aleo, secretario general de la Federación de Metal y Construcción de la UGT en Jaén y empleado de Santana.
    Entonces se reunirá también la comisión de seguimiento del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a toda la planta de Santana Motor, 364 trabajadores, desde el 1 de enero de 2009, por el que los trabajadores reciben el 91 por ciento del salario y que se extenderá también en 2010 durante 39 semanas, con el 86 por ciento del suelo más el cien por cien de las pagas extraordinarias.
    Está pendiente también un acuerdo con la multinacional japonesa para que la planta de Linares pueda fabricar un modelo de vehículo con la misma plataforma del Suzuki Jimny pero con modificaciones y bajo la marca Santana, tal y como ya ocurrió hace unos años con el modelo Vitara. En total han sido 27 años los que la multinacional japonesa ha estado vinculada a la factoría linarense, desde 1982, y muchos los avatares vividos por los trabajadores que han pasado de 3.500 en 1985 a 364 en la actualidad, 900 en todo el Parque Empresarial en el que ahora además de coches se fabrican vagones de tren o aerogeneradores, entre otros productos, gracias a un Plan de Diversificación.
    Unos años en los que se han fabricado tres modelos de vehículos japonenses (Samurai, Vitara y Jimny), ha habido cambios en el accionariado, crisis laborales, que en los noventa sacaron a las familias de los trabajadores a la calle para protestar por la situación con cargas policiales que saltaron a los medios de comunicación, y un Plan de Diversificación. Las cuentas de la compañía correspondientes al ejercicio 2008, cerradas tras el acuerdo de ampliación del ERE a 2010, arrojaron un resultado negativo de 56,1 millones de euros, con una bajada en un 55 por ciento de la demanda de Iveco y Suzuki.
    Los ojos están puestos ahora en una recuperación del sector que deberá afrontar el nuevo presidente de la compañía, Bienvenido Martínez, que sustituyó en julio a José Manuel Muriel, tras dejar el cargo el 30 de junio para incorporarse al Grupo SOS.