San Lucas se despide hasta 2010 y llega la hora de hacer balance
Acaba una nueva edición de San Lucas en la que, al menos en apariencia, la crisis no se ha dejado notar demasiado. Quizá ese sea uno de los principales datos destacables a la hora de esbozar un primerísimo balance, si atendemos a la opinión que durante estos días han manifestado los caseteros y feriantes en general.
El bolsillo de las familias se encuentra más resentido de lo habitual, pero la afluencia de visitantes, masiva en muchas ocasiones, ha dejado constancia de que siempre hay un euro disponible cuando se trata de invertir en diversión. El calendario de feria ha ocupado dos fines de semana al completo y durante ambos el real se ha encontrado a rebosar, con ambiente al mediodía más tranquilo y de comidas, y con sus noches de interminable marcha juvenil. Aunque es pronto para poner nota a la feria, y esa evaluación en última instancia corresponde a los responsables, es evidente que el buen tiempo, excesivamente soleado para lo que estamos acostumbrados a registrar en esta época del otoño, también ha contribuido a que los jiennenses se hayan animado a acercarse hasta el recinto y dar vida a la celebración.
Pero si algo distingue esta edición de 2009 es la remodelación del ferial, una acción que a nadie deja indiferente. Lo que sí es indiscutible es que se ha ganado en funcionalidad, al encontrarse todo en un mismo nivel y eliminar las incómodas y peligrosas escaleras que durante años han caracterizado sus plataformas del ferial. A partir de ahora habrá que evaluar los resultados y limar los puntos negros de los que todavía adolecen las instalaciones. Es innegable que se ha hecho un importante esfuerzo desde el Ayuntamiento para dotar de modernidad y accesibilidad al recinto en su conjunto y, además, en un tiempo récord, pero sobre esta misma mejora hay que continuar trabajando.