San Ildefonso tendrá que esperar

Javier Esturillo/Jaén
El millar de firmas recogidas por los vecinos, los dos millones invertidos en la remodelación integral del barrio y la necesidad de preservar su conversación, por su carácter histórico, no son suficientes motivos para que San Ildefonso entre en el selecto club de zonas peatonales de Jaén.

    07 oct 2011 / 09:49 H.

    Entre los planes del equipo de Gobierno del Partido Popular no entra, por el momento, la reordenación del tráfico en el barrio. El proyecto, defendido a capa y espada por la Asociación de Vecinos Puerta del Ángel, con campaña de recogida de firmas incluida, forma parte del ambicioso Plan de Movilidad Urbana Sostenible ideado por la anterior Administración municipal para que los peatones ganen terreno en detrimento de los vehículos. Sin embargo, el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Carlos Ruiz, dice desconocer la existencia de ese documento y, por lo tanto, las medidas que en él se incluyen.
    Su antecesora en el cargo, la socialista Matilde Cruz, trató, sin demasiado éxito, de refrescarle la memoria en el pleno del pasado viernes a través de una moción en la que exigía un acuerdo de los grupos políticos para “el cumplimiento de las directrices marcadas en el plan”. Pero la propuesta quedó en nada, ya que fue rechazada por la mayoría absoluta del Partido Popular. Para los vecinos de San Ildefonso supone un nuevo retraso a sus aspiraciones de limitar el acceso de los vehículos a a la zona, a pesar de que el anterior equipo de Gobierno tenía todo preparado para ello. De hecho, tenía previsto comenzar a instalar, antes del verano, las cámaras lectoras de matrículas, en las que invirtió un buen dinero procedente del segundo Fondo para el Estímulo de la Economía y el Empleo del Gobierno central.
    Este sistema de control de accesos mediante este dispositivo, por el que solo se permite entrar a residentes y personas que necesiten hacer carga y descarga, se instalará, al final, pero quedará circunscrito por ahora a la Plaza de Santa María, la única zona semipeatonal impuesta por el Gobierno de Carmen Peñalver que mantiene esa condición, después de que el Partido Popular decidiera reabrir al tráfico privado la calle Bernabé Soriano a mediados del mes septiembre. 
    La propuesta de reordenación del tráfico para facilitar el uso y disfrute para los ciudadanos de uno de los espacios “más emblemáticos de Jaén” no es nuevo. Desde hace unos años, la Asociación de Vecinos Puerta del Ángel reclama la semipeatonalización del barrio. Así se lo hizo saber al equipo de Gobierno mediante escritos. Fue con la rehabilitación integral de la zona, cuando la solicitud de los residentes cogió fuerza hasta conseguir un compromiso expreso de las autoridades municipales para que San Ildefonso se blindara a los vehículos. El objetivo principal de la petición era salvaguardar la imagen del barrio y la conservación de las calles. La semipeatonalización del casco histórico se ha ido, no obstante retrasando. Primero fue por la conclusión de la reforma de las calles que quedaban por reformar y, después, por la falta de fondos para adquirir las cámaras lectoras de matrículas. La presidenta de la asociación de vecinos, Dolores Arrebola, ha abanderado, junto con su antecesora en el cargo, Ana Berrio, la lucha para que San Ildefonso fuera peatonal.
    En su opinión es la única forma de detener su deterioro y conservarlo para el futuro, algo que, sin embargo, no ocurre en estos momentos, puesto que muchas de las calles que fueron arregladas hace dos años ya sufren importantes desperfectos.  
    reivindicación. Los vecinos no piensan quedarse cruzados de brazos y lucharán para que el Ayuntamiento cumpla su compromiso y peatonalice parcialmente una de las zonas más representativas de la ciudad. No son los únicos ciudadanos de Jaén que reivindican la reordenación de su barrio. Otras zonas del casco antiguo exige la aplicación de un plan que saque de sus calles los coches y, con ello, haga la vida más fácil al peatón. 
    Adecuación de la calle Álamos y la Plaza de San Francisco
    El Ayuntamiento de Jaén saca a licitación las obras de mejora de la calle Álamos y la Plaza de San Francisco, las dos últimas zonas que quedan por rehabilitar dentro del conjunto del entorno de la Catedral. El proyecto corresponde al anterior equipo de Gobierno, pero ha sido licitado por el Partido Popular. Cuenta con un presupuesto de 242.279 euros, financiados a través del Plan Provincial de Cooperación de 2009. El anuncio de licitación, que se encuentra colgado en el Perfil del Contratante de la página web del Ayuntamiento (www.aytojaen.es), recoge que el plazo de ejecución de las obras no puede exceder de los tres meses. Las obras en la calle Álamos, una de las más comerciales de la ciudad y puerta de entrada al casco antiguo y al centro, y en la Plaza de San Francisco fueron anunciadas hace tres años. Sin embargo, no se incluyeron ni en los programas anticrisis ni en los planes locales. El anterior concejal de Urbanismo, Manuel López, aseguró que serían las siguientes zonas en arreglarse, tras la remodelación de La Carrera, algo que, sin embargo, no ha sucedido. El Ayuntamiento no sabe cuándo comenzarán los trabajos, pero tiene claro que no irán más allá de la adecuación funcional, es decir, el arreglo del acerado y del adoquinado, así como la renovación del mobiliario urbano que se encuentre en mal estado. También está pendiente la conclusión de las obras de la calle Martínez Molina. Los residentes se muestran inquietos ante la lentitud para acabar unos trabajos que comenzaron en el mes de mayo. La Asociación de Vecinos Torre del Concejo no descarta regresar a las movilizaciones si el Ayuntamiento no acaba lo que empezó. El anterior equipo de Gobierno dejó el pavimento en bruto, a falta de la última capa de asfalto impreso que, finalmente, no se aplicó. El motivo es el económico. No hay dinero para afrontar la recta final de las obras. La intervención  arrancó muy bien y, en menos de un mes, prácticamente estaba terminada. En junio se abrió al tráfico de nuevo y solo quedaba por acabar los trabajos para la aplicación del asfalto impreso en el último tramo del proyecto. Pero ahí se ha quedado con el lógico malestar de los residentes.