San Bartolomé se despide contento
La recta final de la Feria y Fiestas de San Bartolomé 2015 llegó con el concierto de “La Frontera”. Un gran ambiente llenó el auditorio municipal para dar paso a una noche de rock para todos los allí asistentes.

El espectáculo no decepcionó y el público lo pasó en grande, sobre todo, por los grandes momentos que recordaron al escuchar la música que el grupo madrileño trajo para ellos. Esto solo fue el principio del domingo. Quedaban 24 horas para seguir disfrutando. El ferial acogió otra gran noche de jolgorio. Sin problemas de luz, la gente pudo disfrutar plenamente de lo que la feria les podía ofrecer. Los niños en las atracciones, acompañados por sus padres y amigos. Los más jóvenes, por su parte, siguieron con su rutina: botellón y caseta, hasta que amaneciera. Para muchos sería la última noche, sin embargo, otros aprovecharían hasta después de la clausura para seguir de celebración. Ayer, el último día comenzó con la fiesta en honor a San Bartolomé, una ofrenda floral al apóstol por parte de la Reina y Damas de las Fiestas, acompañadas por el alcalde, Víctor Manuel Torres, y la concejal de Festejos, Rosa Barranco. El ambiente de feria llegó hasta allí, con los caballos en la puerta de la ermita y las guapas oficiales vestidas de flamenca. Aun así, la cuestión de los equinos dio que hablar. “Tener caballos parece que no está bien visto en Martos”, comentó el dueño de una carroza que paró junto al templo. Durante estos días, los caballistas tuvieron problemas en el Recinto Ferial y llegaron a ser invitados a abandonarlo. “El actual equipo de Gobierno no ha tenido tiempo para adaptar los caballos a la feria”, seguía relatando. Aun así, el mismo jinete dijo con tristeza que esta tradición está al borde de la desaparición y defendió que los aficionados a este mundo tienen el mismo derecho que cualquier persona para salir a pasear con su mascota. Tras la misa la fiesta continuó en el lugar reservado para la Feria de Día. Terrazas y bares llenos, animadores y gente bailando y disfrutando de la que, ya sí, era la última jornada de descanso antes de la vuelta a la rutina. Lejos de disminuir el número de personas, la gente se fue sumando a lo largo de la tarde a la Avenida Pierre Cibie, con ganas de más, aunque el cansancio era evidente ya en muchas de las caras que allí se encontraron. La noche, de igual forma, siguió para los que quisieron aprovechar al máximo la feria.