Salud, salud y salud

Agosto ofrece ya sus últimos coletazos. Después de unos meses de estío un tanto aciagos, con un julio tumultuoso, quizá de los más agitados de los últimos tiempos, con mucho aliño de malas y peores noticias entre anuncio y anuncio de recortes, rescates y fluctuaciones varias de la ya tan conocida prima de riesgo, este mes, agosto, se despide en Jaén dando paso al mes del equilibrio, de la vuelta a la normalidad, del retomar y reencontrar… al mes de los buenos propósitos.

    20 ago 2012 / 07:53 H.

    Atrás quedan ya muchas noches de verano. Entre otras, una de esas noches de lluvia de estrellas. Hacía tiempo que no disfrutaba con tanta vehemencia y deseo de una noche de lágrimas… sí, sí, han leído bien, de disfrutar de lágrimas de San Lorenzo que hacen las delicias de los espectadores al apreciar un cielo que, de cuando en cuando, se deja atravesar por una luz brillante y embriagadora, que dura nada, pero que se prolonga en la retina y, sobre todo, en el cerebro. En una noche de pedir deseos a las Perseidas, de ver cuantas más estrellas fugaces mejor, porque cada una de ellas te concederá un deseo. O eso dicen, o eso queremos creer. Yo esa noche calurosa pedí varios y los comparto sin el temor a que no se cumplan: salud, salud y salud. Porque ¿qué somos si no tenemos salud? Cuando conoces algún caso de los muchos que hay, sufres en tus propias carnes o en familiares cercanos el gran problema que supone una enfermedad, lo relativizamos todo: trabajo, dinero, crisis… Sin salud no somos nada. Es la base para tener una vida digna. Desgraciadamente, en los últimos tiempos he tenido la ocasión de ver y acompañar a personas queridas pasar por malas rachas de salud de las que, en ocasiones, se ha salido bien, pero en otras no ha sido así. Igualmente, ratifico día a día, por mi profesión, la Enfermería, y también como usuario, el buen hacer de la Sanidad en nuestro país, de los sanitarios que humanizan con su labor situaciones en ocasiones dramáticas, que dan calor y aliento a pacientes y a familiares, que miran a los ojos y comparten palabras amables. Algunos al leer este texto dirán “hay de todo”, y el que suscribe les da la razón. Por supuesto que hay de todo, pero, a mi juicio, solo puedo alabar el trabajo, la dedicación y el saber hacer de las personas, enfermeras, médicos, auxiliares… que cada día cuidan de nuestra salud, muchas veces en no muy buenas condiciones, durante largas jornadas laborales, con mucha carga de trabajo y pocas horas de sueño… ahora también con menos sueldo y menos días de descanso. Vaya desde aquí mi humilde homenaje a todas y cada una de las personas que conforman la Sanidad y dispensan un trato humanizado a sus usuarios. No obstante, reitero mis deseos a las Perseidas: salud, salud y salud. Lo demás, ya se verá. Feliz vuelta a la normalidad. Bienvenido sea septiembre con una rutina, sin, esperemos, grandes sobresaltos.
    José Francisco Lendínez es enfermero